Julián Álvarez, el encargado de conducir los destinos del voley masculino colombiano

De Basavilbaso, con escalas, a Bogotá

Edición
1107

El coach entrerriano dirige a los seleccionados de Colombia desde hace algunos meses. El basavilbasense presentó un proyecto superador en la Federación de aquel país y eso llevó a los directivos a contratarlo para un nuevo proceso. Ya dirigió en el Sudamericano y ahora comenzó a preparar el objetivo más importante en el corto plazo: el Preolímpico de Chile. La intención de Juli es clasificar al elenco Cafetero a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.  Desde la capital colombiana charló con ANÁLISIS de su nueva función, de la selección argentina y de lo importante que fue trabajar con una leyenda viviente como lo es Julio Velasco.

Álvaro Moreyra

El deporte llevó a un entrerriano lejos de su ciudad natal y de su país. El crecimiento que logró en Argentina sirvió como una vidriera para que lo observaran desde otro lugar y desearan contar con sus servicios para un proyecto que en la previa aparece como prometedor.

La pequeña introducción hace mención a Julián Álvarez, entrenador nacido en Basavilbaso un 20 de noviembre de 1976 y que por estos días dirige nada más y nada menos que los destinos del voleibol masculino de Colombia.

Un breve recorrido por su carrera como coach dirá que con apenas 16 años comenzó a dedicarse al entrenamiento de equipos de voley, primero en el Colegio Nacional de la ciudad que lo vio nacer. De allí saltó a Villaguay para hacerse cargo de uno de los clubes más tradicionales de esa localidad, Sarmiento.

De allí pegó el salto  y comenzó a trabajar como entrenador en la Federación Entrerriana de Voleibol, donde fue el conductor del elenco provincial que se alzó con el título Sub 18 en el Campeonato Argentino realizado en Paraná.

Al basavilbasense siempre le gustó capacitarse y en una de ellas conoció a Guillermo Orduna, quien tiempo después lo convocó para trabajar en Las Panteritas allá por 2005.

Álvarez laburó en varios representativos nacional, en ambas ramas, hasta que pegó el salto a la selección Mayor femenina y, al poco tiempo, a la masculina junto a Jon Uriarte.

Después estuvo varios años, hasta que le llegó el turno de trabajar ni más ni menos que con una leyenda viviente del voleibol mundial: Julio Velasco. Lo hizo durante los cinco años que duró el ciclo del experimentado entrenador en la Albiceleste y allí aprendió con cada día que compartió con el técnico.

(Más información en la edición gráfica 1107 de la revista ANALISIS del jueves 31 de octubre de 2019)

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