
Leandro Palladino encabezando uno de los campus que realiza en Rocamora.
Leandro Palladino, histórico jugador entrerriano, habló respecto a su carrera. Se refirió a su relación con el Club Rocamora desde los primeros pasos hasta la actualidad. Mencionó que su padre, Enrique, fue quién lo influenció en su amor por la historia del Rojo.
Leandro Palladino es uno de los principales referentes del básquet entrerriano. El Toro vistió la camiseta de numerosos clubes e incluso del seleccionado nacional, pero su vínculo con Concepción del Uruguay es muy importante.
Palladino dejó La Histórica en 1994, cuando jugaba para Rocamora, equipo con el que quedó relacionado para siempre. Actualmente vive en Córdoba y desde allí repasó su relación con el Rojo, cuando están próximos a cumplirse 93 años desde la creación de la institución.
“Recuerdo muchas cosas, sobre todo el hecho de estar todo el día en el club; la pileta, el playón… descubriendo cosas del club, escondites. Después empezar a jugar al pádel; son muchas cosas, pasé mucho tiempo ahí y hasta recuerdo que a veces iba a la siesta y me quedaba hasta la noche, cuando después de entrenar me iban a buscar mis papás”, relató.
Enrique Palladino, su padre, fue parte del equipo que logró el campeonato argentino de clubes en 1965 y fue importante en el vínculo que tuvo con la institución uruguayense: “Mi viejo no solo me contaba cosas sino que además tenía recortes de diarios y la ropa que usaba cuando jugaba en su momento y yo siempre me ponía esa ropa; la miraba o leía los recortes y todo donde estaba él”, contó y añadió: “Creo que eso fue lo que más me acercó al club por todo eso que veía de mi papá cuando jugaba”.
Palladino contó que durante su juventud solía asistir a los partidos del equipo y recordó ubicarse detrás de los aros, compartiendo con sus compañeros de categoría -realizó las inferiores en el club-. Además contó recordar a diversas personas de la institución, como Javier Grattarola, Martín Amden, Mario González y Emma Giqueaux. Sobre González dijo: “Lo tuve mucho tiempo, desde Infantiles y hasta que llegué a jugar en Primera. Fue alguien que me guió y apoyó mucho”, contó.
De su juventud recordó su paso por los Cadetes y Juveniles en los años 1992 y 1993, cuando llegó a jugar instancias finales del Argentino de Clubes. Sobre esa experiencia, recordó: “Se preparaba todo cada quince días, estábamos toda la semana pendientes de ver quién organizaba el Cuadrangular… la verdad que fue una etapa muy linda porque estaban todos los papás, se jugaba a cancha llena, con mucha gente apoyando, colaborando y siguiendo la campaña de Rocamora. Y hubo jugadores que vinieron a jugar contra nosotros que después fueron muy importantes a nivel nacional e internacional”.
En 1994, Palladino partió a Atenas de Córdoba. Su salida le permitió al Rojo acceder a la compra del parqué que actualmente tiene el estadio Julio César Paccagnella. En ese sentido, opinó: “Todo lo que yo pueda generar o le pueda dar al club a mí me hace muy feliz, porque el club es mi segunda casa; Rocamora es mi sangre y todo mínimo gesto que pueda tener desde mi imagen me pone muy bien”.
La salida del equipo de básquet no fue un adiós para Palladino, que siguió yendo al club para entrenarse en cada período de vacaciones que lo tuvo de nuevo en su ciudad durante su paso por Europa. “Es mi casa y eso sigue vigente”, aclaró.
Para finalizar, evaluó: “Ha habido diferentes etapas, momentos y crecimientos buenos y malos; en los últimos tiempos se afianzó mucho en una categoría a nivel nacional, que es la segunda categoría y no es fácil por todo lo que genera jugarla. Creo que el club está bien, afianzado en la categoría, y es un logro muy grande. Además, el club ha seguido formando jugadores de su cantera y eso es algo también muy meritorio para seguir creciendo en su estructura y lo que venga a futuro”.