
Protección de humedales.
Por Jorge Daneri*
El presidente Alberto Fernández, en el proyecto de Decreto de convocatoria a sesiones extraordinarias, no incluye el urgente y relevante, entonces extraordinario tratamiento del proyecto de ley de protección del conjunto diverso de humedales de la Nación argentina, conforme la información pública disponible y otras fuentes.
Con dictamen favorable y proyecto de ley consolidado por parte de la comisión de ambiente de la Cámara de Diputados de la Nación, luego de trabajar sobre quince iniciativas legislativas, ni más ni menos, lo que prueba solo por el número la relevancia en los fundamentos de todo tipo y vertientes, consideraciones ahora en vías de necesario tratamiento legislativo, en razón a la gravedad que la realidad narrada y sufrida por estos ecosistemas y sus pueblos manifiesta, como también las enormes amenazas existentes a los mismos, no amerita razones para profundizar silencios, demoras, olvidos y menos promesas incumplidas, como precisamente ya sucedió con el presidente precedente, en semejante paisaje de humedales en crisis en toda la nación.
No es ahora la instancia para desarrollar críticas a la no inclusión en la convocatoria proyectada. Existe una solicitud más que diversa y enorme de movimientos sociales y ambientales, como académicos y políticos, para que sí lo sea.
En esta línea de análisis político, es relevante que el presidente de todos los argentinos pueda ampliar la convocatoria a sesiones extraordinarias incorporando la temática transversal y prioritaria que nos convoca a estas breves reflexiones.
La demanda social y en particular de las juventudes militantes sociales y políticas más que diversas, aspira y peticiona por un tránsito radical y necesario de cambio, de gestos y actitudes coherentes, lo que resulta ser un grito enorme que no se merece sorderas y más negaciones. No advertirlo socavará la credibilidad en la gestión y particularmente en la del presidente de la República. ¿Por qué socavará su credibilidad y la de su gobierno? Porque citar y fundar la política sobre sostenibilidad ambiental que su gobierno iniciaría a principios del año 2020, ni más ni menos que en la Encíclica "Laudato Sí", hecho trascendental en su llegada institucional al poder democrático, es una razón donde la palabra adquiere un valor como inapelable. Y luego de un año de gobierno la palabra se ve amenazada (Ivonne Bordelois, 2017) Y esta conversación simbólica y a la vez tan nuestra, digo, de los argentinos, no es por razones religiosas. Es que el contenido ideológico de dicho documento de Francisco, es quizás el mayor texto contemporáneo y de impacto planetario, que puede fundamentar y así garantizar una transición democrática y en paz para el cambio radical que los pueblos se merecen.
El año 2021 nos puede recibir a los argentinos con bienvenidas y la celebración por los avances jurídicos y políticos en la protección de los ecosistemas que son la razón de ser de nuestra existencia, por medio de una buena Ley.
El regreso de la democracia en Bolivia, el discurso de su vicepresidente David Choquehuanca, enseña de maravillas lo que resulta ser una celebración de la madre tierra, Pachamama convocando en sus palabras a transitar "... el camino de respeto a nuestros ríos, el camino de respeto a nuestras lluvias, el camino de respeto a nuestras montañas", focalizándose en el ejercicio de la ética del cuidado del agua y sus ecosistemas bellos y amorosos.
Como el presidente Alberto Fernández sabe, el agua es el bien natural, colectivo y esencial para el desarrollo integral de los seres humanos y "... la perdurabilidad de los ecosistemas. El acceso al agua saludable, potable y su saneamiento es un derecho humano fundamental", lo que así dispone entre otras normas, la Constitución renovada de Entre Ríos.
No se puede sostener y construir un discurso de defensa de los derechos humanos fundamentales sin comprender y priorizar, no solo en el relato, sino y esencialmente en los actos de gobierno. De usted depende ahora, Señor presidente. El pueblo que representa, desde todas aquellas vertientes referenciadas, considera que el Congreso de la Nación debe sancionar urgentemente el proyecto de Ley y celebrarlo en sesiones extraordinarias. De su coherencia, escucha y autoridad depende intentarlo frente al Congreso de la Nación.
(*Abogado. Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas y miembro de la Unidad de Vinculación Ecologista de la Fundación La Hendija, Paraná, Entre Ríos)