
Deseos de Navidad.
Por Roberto Romani (*)
Cada uno levantará su bandera de sonrisa y pájaro.
Cada uno buscará las guirnaldas del recuerdo para ubicarlas en el centro de la celebración.
Muchos, en la intimidad de una lágrima, extrañaremos los rostros queridos que por primera vez no compartirán nuestro saludo y nuestra alegría.
Y será entonces, la posibilidad del encuentro y la palabra; de las cardenalinas gloriosas y el corazón apurado; de los sentimientos recién amanecidos y las nostalgias azules de diciembres lejanos.
Salgamos, hermanos, en las canoítas de la ternura, a recorrer el país de la fecunda tierra y las manos trabajadoras del trigo.
Salgamos, hermanos, con las alas de la comprensión y la armonía, a bendecir desde lo alto, el país de la navidad, que vuelve a creer en la estrellita de la vida plena.
Si logramos despertar al niño que aguarda en la sencillez de un pesebre milenario, tendremos una nueva oportunidad ante los ojos de Dios.
Y abrazaremos los rostros marchitos de la humanidad descalza, que después del silencio de la pandemia, necesita otra vez las voces de la esperanza y del amor.
(*) Publicado en su Facebook personal este lunes 21 de diciembre.