
Fernández dialogó por teléfono con Zelensky y volvió a instar al “diálogo”.
El presidente Alberto Fernández volvió a reforzar este viernes su agenda internacional con una comunicación telefónica con su par de Ucrania, Volodimir Zelensky, a más de cuatro meses de iniciada la invasión rusa. En un contacto que se extendió por 35 minutos, el presidente ucraniano agradeció la ayuda humanitaria de la Argentina y el aval del país a la suspensión de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, mientras que el jefe de Estado replicó con un nuevo llamado al “diálogo” entre las partes para resolver el conflicto.
Fernández dijo que apoyará a todas las negociaciones que puedan emprenderse para el cese de hostilidades a la vez que promovió la “búsqueda de un diálogo” que “lleve de manera urgente a la paz”. De acuerdo a lo que informó el gobierno, el Presidente subrayó que “América Latina es un continente de paz que rechaza el uso de la fuerza y promueve el diálogo para la resolución de los conflictos”.
A más de 120 días de conflicto bélico en las ciudades de Ucrania, “al menos decenas de miles” de civiles ucranianos han muerto, según viene afirmando Zelensky.
Según pudo reconstruir La Nación, el contacto con Fernández había sido solicitado por el presidente ucraniano y fue confirmado por el canciller Santiago Cafiero horas antes de que el jefe de Estado partiera la semana pasada a Alemania para la reunión del G7.
Antes de entablar la comunicación, en el Gobierno había manifestado los desafíos que implicaba el llamado telefónico, por el dispositivo de seguridad que constantemente rodea al mandatario ucraniano en el marco de la guerra. Pero minutos antes de las 13, Fernández, desde la Casa Rosada, entró en contacto con Zelensky por el espacio de 35 minutos.
Según señalaron en el Gobierno, Zelensky agradeció a Fernández la ayuda que Argentina envió a través de Cascos Blancos, una entidad que encabeza la exministra de Seguridad, Sabina Frederic, y que está bajo la órbita de Cancillería. “Se hicieron siete envíos por 62 toneladas de abrigo, productos de higiene y medicamentos. Además se facilitó el ingreso de ucranianos al país. Argentina fue el país que más ayuda envió de América Latina a Ucrania”, aseguraron fuentes oficiales.
Más allá del gesto diplomático, en el gobierno no desconocen que Zelensky desea fortalecer los lazos con América Latina en el marco de la guerra y también tenía un particular interés en dialogar con Fernández por la relación de la Argentina con Rusia.
“Sigo estableciendo lazos con una región importante: América Latina. Hablé con el presidente de Argentina, agradecí la ayuda humanitaria, la condena a la agresión rusa y la suspensión de la membresía de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU”, manifestó Zelensky en Twitter al finalizar el diálogo con el Presidente.
En el Gobierno aseguran que la Argentina siempre hizo una “clara” condena a Rusia por la invasión a Ucrania. La gestión de Fernández, no obstante, fue gradualmente modificando sus expresiones. Cuando el 24 de febrero pasado Putin invadió Ucrania -y tomó por sorpresa al concierto internacional que venía subestimando esa posibilidad- dejó al Presidente en una posición incómoda: solo tres semanas antes se había entrevistado cara a cara con el presidente de Rusia y le había ofrecido a la Argentina como “la puerta de entrada a América Latina”.
El día de la invasión, Fernández sentó una posición dubitativa e hizo un llamado a “no usar la fuerza militar”, al tiempo que lamentó “profundamente la escalada bélica que conocemos a partir de la situación generada en Ucrania”. “Pedimos a la Federación de Rusia que ponga fin a las acciones emprendidas y que todas las partes involucradas vuelvan a la mesa del diálogo”, agregó en aquel entonces, sin hablar de “invasión”.
Dos días después, la OEA condenó la invasión “ilegal, injustificada y no provocada” de Rusia a Ucrania y reclamó el retiro “inmediato” de las tropas del Kremlin. La declaración del organismo contó con el apoyo de más de 20 países, y la delegación argentina se abstuvo, junto a Brasil, Nicaragua y Bolivia. La justificación oficial fue que la OEA, que aglutina a los países americanos, no era el ámbito para condenar un conflicto que ocurre en otro continente.
Con el paso de los días, sin embargo, en los foros internacionales, la Argentina endureció su postura. La Cancillería comenzó a hablar de “invasión” del Kremlin al territorio ucraniano. El 1 de marzo, el canciller Santiago Cafiero, ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, condenó el enfrentamiento bélico. “La Argentina reitera a la Federación de Rusia que cese inmediatamente en el uso de la fuerza y condena la invasión de Ucrania, así como las operaciones militares”, dijo.
En abril, la Asamblea de las Naciones Unidas votó suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de ese organismo internacional y la Argentina votó a favor.
La semana pasada, en su disertación en Múnich durante la cumbre del G7, Fernández manifestó: “Argentina condenó la invasión de Ucrania por parte de la Federación de Rusia. Necesitamos impulsar el diálogo entre las partes involucradas”.
La guerra entre Rusia y Ucrania y sus coletazos en la economía global es uno de los argumentos que el Gobierno repite para justificar la dificultad para bajar la inflación en los alimentos y el aumento del gasto para la provisión de energía.
La de hoy no fue la primera vez que Fernández y Zelensky dialogaron. Antes de la guerra, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en noviembre de 2021 en Glasgow, el Presidente y su par ucraniano se habían cruzado y tuvieron un diálogo breve. “Acordamos con Alberto Fernández fortalecer las relaciones bilaterales entre Ucrania y Argentina e intercambiar visitas. Se hizo hincapié en el importante papel de la colectividad ucraniana en la vida de la Argentina. También intercambiamos información sobre la situación del Covid-19″, dijo Zelensky aquel entonces en Twitter.