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Quién es Rubén Martínez, el otro testaferro de Sergio Urribarri

Sergio Urribarri complicado judicialmente por la acusación de enriquecimiento ilícito al no poder justificar su millonario patrimonio.

Sergio Urribarri complicado judicialmente por la acusación de enriquecimiento ilícito al no poder justificar su millonario patrimonio.

Fue Ricardo Sabán -dirigente de Boca Junios- fue quien le presentó a Urribarri a Rubén Ángel Martínez, nacido en Avellaneda (Buenos Aires), en 1952, aunque en la actualidad vive en calle Austria, entre French y Peña, en Capital Federal. La relación es por lo menos desde 2003, según los más conocedores. Martínez y Sabán aparecen como socios en dos empresas: Sigmesur SA y Cladd Amis SA. Ambas se dedican al negocio de procesamiento de datos como hardware y software. Pero a la vez Martínez también estaba vinculado a Boca Juniors. El mencionado Sabán es dueño además de la Inmobiliaria Sabán, Crédito Fácil SRL y la última empresa que creó fue Orangedata SRL, en abril del 2017, también ligada al negocio de sistemas informáticos. Fue tan importante la relación de Martínez con los Urribarri que las hijas del porteño, Aldana y Jennifer, siempre le dicen “tío Pato” al exgobernador. Y lo mismo pasaba con Mauro o Bruno, cuando se encontraban con Martínez. Le decían “tío”, como una cuestión de afecto. Pese a su rol de mandatario, Urribarri se organizaba incluso para estar en los cumpleaños de las jóvenes o del mismísimo Martínez, quien hace ya varios años quedó viudo.

-¿Así que sos amigo de Urribarri? –le preguntaron más de una vez.

-No soy amigo. El Pato es mi hermano –respondía siempre Martínez.

Cada vez que Urribarri lo llamaba por teléfono, Martínez siempre respondía de la misma manera: “Hermanito Pato”. Lo cierto es que, por lo menos desde el 2011, Urribarri utiliza un celular con característica 011 a nombre de esa persona, desde donde hace llamados de negocios. También usa otros celulares, de familiares de Martínez, todos de la empresa Personal. No sólo eso: Martínez dispone de un Ford Focus 2014 con dos Tarjetas Azules para circular. Una de ellas está a nombre de Mauro Urribarri; la otra se encuentra registrada para uso de Ana Lía Aguilera, esposa de Urribarri. De hecho, hubo otros vehículos que se registraron anteriormente con la misma modalidad y con beneficios para la familia Urribarri.

Martínez se ponía molesto cada vez que el exgobernador o Mauro le exigían que fuera cambiando de modelos, para contar con automóviles más sofisticados. El exministro Mauro Urribarri tiene viajes registrados a Punta del Este con el mencionado Focus. Martínez llegó incluso al casamiento de Mauro, el 12 de noviembre de 2011, invitado especialmente por la familia. Quienes conocen no dudan en afirmar que uno de los campos que tiene Urribarri (ninguno está a su nombre), está registrado por Martínez o un familiar directo del testaferro de la Provincia de Buenos Aires. En los últimos diez años, Martínez registró varios viajes a Uruguay, Paraguay, Estados Unidos, Perú y Bolivia. Siempre acudió para concretar negocios de sus amigos. Tanto de Urribarri como de otros personajes conocidos que circularon a su alrededor. O sea que Urribarri primero entabló amistad con Martínez y con Sabán, y, poco después, con Cardona Herreros. Los dos primeros le sirvieron para la inserción y crecimiento de Bruno Urribarri en Boca Juniors. Y Martínez se transformó en su aliado todo terreno. El empresario paraguayo también le sirvió para hacer futuros negocios y sociedades ocultas. Cardona pasó a ser clave en su historia. Demasiado importante en su vida. “Yo tengo una buena relación con Diego Cardona, como la que tiene el Presidente (Mauricio Macri) con Nicolás Caputo, que fue contratista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y ahora del Estado nacional”, comparó Urribarri, en diálogo con el conductor de radio La Voz de Paraná, el exdiputado provincial justicialista y asesor del Senado de Entre Ríos, Rubén Oscar Almará. Dijo que con Cardona lo unía “una buena relación de hace muchos años”. Y acotó: “Quien aparece en la foto de la tapa de esa revista (ANÁLISIS) es un contratista del Estado de hace muchos años. Es un contratista que, como todos, los contratos y licitaciones que hicimos durante los ocho años de nuestra gestión fueron ajustados al régimen legal de contrataciones vigente en la provincia”, insistió Urribarri, el mismo día en que ambos aparecieron en la portada del medio gráfico.

“Pareciera que si un gobernador o exgobernador tiene una buena relación con algún contratista es gravísimo en un lugar y no en otro. Mauricio Macri tiene como amigo y hermano a (Nicolás) Caputo, que fue testigo en su casamiento y puede tener esa relación. Una buena relación como yo tengo con funcionarios y también empresarios como Diego Cardona, que en estos años ha tenido un vínculo mucho menos importante que los que tuvo Caputo”, comparó el exgobernador.

“No veo nada mal la relación de Caputo con el presidente Macri si las contrataciones que realizó están ajustadas a la ley”, expresó luego. En el mismo sentido el exmandatario señaló que “evidentemente a partir de una figura o una foto se genera toda una historia, toda una novela que es alejadísima de la realidad”. Además, agregó: “Yo no tengo ningún vínculo comercial ni societario de ningún tipo con Diego Cardona. Sí tengo una relación de muchos años, desde antes de ser gobernador, que estaba radicado en la provincia”, manifestó.

“No es que sean dos aras distintas -agregó de inmediato-, sino que se deben analizar y de alguna manera moderar las relaciones en función de un estado de derecho. En la provincia todos los actos públicos que tienen que ver con las contrataciones fueron ajustados al Régimen de Contrataciones de la provincia y con todos los controles previos de la Contabilidad General. Así fue en todas las licitaciones públicas y con los organismos de contralor previo como establece el Estado”, acotó. Desde fines de la gestión de Urribarri como ministro de Gobierno el nombre de Diego Cardona Herreros pasó a ser “un gran amigo” del Pato para los funcionarios de su órbita y “una prioridad” para el gabinete, a partir de su asunción como gobernador, en diciembre de 2007.

Relevamientos Catastrales empezó a hacer negocios con la Dirección de Informática del Estado entrerriano a poco de iniciada la primera administración urribarrista. No obstante, el nombre de Cardona Herreros ya había sonado en los alrededores de un encumbrado hombre del kirchnerismo como Aníbal Fernández. Fue el exministro quien le tercerizó a Relevamientos Catastrales el cobro de impuestos en la ciudad de Quilmes, durante el período en que fue intendente, entre 1991 y 1995. Fernández le abrió una puerta al empresario paraguayo, que luego se fue ramificando no solamente por Entre Ríos más de diez años después, sino también en ciudades como Buenos Aires, San Miguel de Tucumán, Resistencia, Pilar, Corrientes y algunas provincias como Córdoba, San Juan, San Luis y Neuquén. En la ciudad de Córdoba, por ejemplo, firmó contrato con el entonces intendente Germán Kammerath, en mayo del 2001. Lo hizo en una Unión Transitoria de Empresas, junto a las firmas Tecsa, SP y Recovery.

Hubo quienes, desde Entre Ríos, viajaron a Asunción del Paraguay para conocerlo, después de ser invitados por el empresario Cardona Herreros, siempre atento a los agasajos a los funcionarios y gobernantes. No sólo se sorprendieron con el poderío económico que demostraba, sino también –y fundamentalmente- con la forma de vida de su padre, Miguel Angel Cardona Lledó, dueño de una envidiable propiedad ubicada en Sacramento al 600. Es una zona con mansiones importantes y barrios exclusivos en Asunción, que ocupa casi media manzana, altos tapiales, amplio parque y una fuerte guardia de seguridad. Algunos funcionarios y excolaboradores urribarristas se vieron sorprendidos por los hombres con armas largas, que automáticamente los interceptaron y apuntaron en actitud amenazante, en el acceso a la mansión.

Tuvo que intervenir el propio Diego Armando Cardona Herreros para que los guardias dejaran pasar sin problemas a los visitantes. “Disculpen, es que los muchachos de mi padre son muy celosos con quienes llegan a la finca”, comentó el empresario. Don Miguel Ángel salió a atenderlos con dos bellas jóvenes, como queriendo demostrar su condición de jefe y su virilidad, pese a la edad que figuraba en su documento de identidad. Una de ellas tenía 27 años; la otra, 19. “Ella es mi novia hasta ayer; la más jovencita, empieza a ocupar su lugar desde hoy”, les dijo, con una sonrisa cordial, buscando la complicidad de los visitantes. El empresario Cardona Lledo falleció el 5 de enero de 2014. Varias páginas del diario ABC de Asunción se llenaron con avisos necrológicos, no solamente de allegados de Paraguay sino también de Argentina. En varios de las menciones aparecieron empresas ligadas a Cardona Lledo, tanto en Paraguay como en nuestro país.

Fuente: extracto del libro “El Nido. Poder, justicia y corrupción en Entre Ríos”, de Daniel Enz.

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