Preocupación e incertidumbre

Cultural y Unión, ambas entidades crespenses, cuentan con predios que fueron cedidos en su momento y que ahora aparecen en el catálogo de ventas que comenzó a ofertar el Estado nacional. ANÁLISIS dialogó con los presidentes de ambas instituciones quienes manifestaron su intranquilidad, también la de los socios, aunque son optimistas y estiman que las cosas arribarán a buen puerto.
Por Álvaro Moreyra
Allá por 2004, cuando apareció la película Luna de Avellaneda, sirvió para contarle a los espectadores los avatares que viven la inmensa mayoría de los clubes de barrio. En sus comienzos la gran parte de ellos gozó de muchos años de esplendor, no solo deportivo, si no también institucional y económico, aunque en la actualidad, salvo honrosas excepciones, podría decirse que la dura realidad toca todos los días sus puertas.
Las crisis golpean en todos lados y las instituciones barriales no son la excepción. Si no fuera por unos “locos” que deciden conformar comisiones directivas y guiar, la mayoría de ellos sin dudas serían parte del pasado y hoy serían vagos recuerdos.
La película antes mencionada se ubica cronológicamente en la Argentina de 2001. Ese país castigado por una política económica que, como siempre, castigó a los que menos tienen, a los que sobreviven a los vaivenes de la realidad como pueden. Aquella crisis de comienzo de siglo, esa que comenzó a gestarse a finales de los ’90 y explotó en diciembre de 2001 fue un golpe tan fuerte que hundió al país en un letargo, en todos los planos posibles, del que fue muy difícil asomar la cabeza.
Una crisis generada por muchos de los que hoy siguen acaparando el poder político, con más años claro, canas y arrugas también, pero no por eso con distintas costumbres de castigar al que no la pasa bien, mucho menos ahora.
En ese marco, muchos apellidos hoy se repiten y ocupan cargos por demás importantes, esos en los que se toman decisiones fuertes y que preocupan a la mayoría de la población por más que muchas veces se diga lo contrario.
Pero en épocas de crisis los clubes han demostrado organización y mayor contención. La realidad actual es que muchos clubes agonizan o están heridos de muerte, de hecho, muchos han cerrado en los últimos años a causa de las elevadas tarifas de luz, gas, o por malas gestiones.
Hay una frase que es muy utilizada en los clubes de la Argentina y dice más o menos así: “Una hora en el club, es una hora menos en la calle”. Vaya si resume lo que significa una institución para cualquiera de sus socios.
Aunque claro, hay otras realidades que también preocupan en la vida de una institución y tiene que ver con otras características.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1158, del día 20 de marzo de 2025)