
El exsenador falleció este viernes.
Por Dr. Carlos García
El adelantamiento del flaco atrasó nuestros corazones al punto de ponerlo en la Universidad. Fue allí donde lo conocí junto a amigos comunes como Carlos Cevey, Alfredo Valerio, Carlos Canieski, Adolfo Stubrin y muchos más. En síntesis, la naciente Franja Morada de Derecho de la UNL Santafesina.
Volanteamos, conformamos grupos, pegamos carteles, fuimos a todas las asambleas habidas y por haber y más de una vez estuvimos en la pelea brava defendiendo la democracia pisoteada de los argentinos.
Ya recibidos regresamos a nuestras ciudades y continuamos la lucha democrática hasta el cimbronazo de Marzo del 76. Él estaba en mayores y yo presidía la JR de Concordia.
Reuniones clandestinas en toda la provincia y alguno que otro evento o casamiento, nos volvieron a juntar y el tema de la democracia volvía a inundar nuestras vidas.
En plena reorganización del partido y de la Juventud en la provincia me invitó a distintas localidades de su pago chico: el Departamento Colón.
Era incansable en su trabajo militante de formación política y el triunfo de 1983 con Raúl Alfonsin, lo encumbró en la Cámara de Diputados entrerriana. Su tarea fue prolífica de tal forma que llegó a ser el Senador Provincial de su Departamento.
Su intensa vida política le cobró un alto costo personal. No obstante ello siguió su camino honesto y participativo en la vida ciudadana de Villa Elisa.
Su pasión por el automovilismo lo llevó a recorrer este corto trecho llamado vida a altas velocidades sin perder por ello sus valores republicanos y sus amistades.
Por eso estamos tristes Alfredo, dejas un legado democrático enorme a tus hijos y a las jóvenes generaciones: el de cambiar esta decadencia por una sociedad más justa e igualitaria. Tu lucha y tu siembra serán recogidas. Descansa en paz amigo del alma.