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Sobre abandono escolar y datos de patas cortas

Por Natalia Buiatti

de ANÁLISIS

En octubre del año pasado se informó desde el Consejo General de Educación (CGE) que unos de 11.780 estudiantes en Entre Ríos estaban sin conexión con los docentes desde que inició ese ciclo lectivo. Esa cantidad apuntada por autoridades del CGE a ANÁLISIS, implicaba según sus propios cálculos, menos de un 2.5 por ciento del estudiantado en la provincia. Un porcentaje mínimo de alumnos que, según un alto funcionario de la cartera, no habían podido sostener el vínculo pedagógico el año pasado, en plena pandemia y con la implementación de la educación virtual.

Para esa edición mensual de la revista ANÁLISIS, se hizo el ejercicio de mirar la realidad educativa con distintos anteojos. En el informe titulado Pandemia y abandono: crónica de un desgranamiento acelerado, se observó la realidad con los anteojos oficiales del CGE que mostró un cuadro preocupante por el contexto sanitario pero que, hasta ese momento, decantaba consecuencias negativas leves en cuanto al abandono escolar. Se usaron también las gafas de Unicef a través de una encuesta que había realizado el organismo en todo el país, en abril de 2020. Se emplearon los anteojos del gremio docente AGMER a nivel provincial, y la mirada gremial a nivel departamental. Y se observó por último a través de los lentes de una minoría gremial en la provincia que, a nivel nacional, suscribe a la Corriente Conti Santoro.

Así, en ese orden, el panorama fue empeorando cada vez que se ejercitó una mirada nueva:

En ese momento, el vocal del CGE Exequiel Coronoffo, no se atrevió a dar porcentajes de desvinculación pedagógica porque, según aseguró, la situación era muy desigual según la zona que se observara. “Hay que revincular. Esto tiene que ver con ir y buscarlos a la casa y decir que no hay futuro posible sin escuela, y abordarlos desde una perspectiva integral, alternativa e innovadora que evite que se vuelvan a ir”, dijo.   

Para abril del año pasado, Unicef apuntaba que en la región NEA -compuesta por Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa- había un 7.7 por ciento de estudiantes de nivel primario y secundario que no se contactaban de ningún modo con las escuelas.

AGMER Central, por su parte, no aportó claridad a la cuestión. En ese momento, Marcelo Pagani, secretario general del sindicato sostuvo que el gremio no tenía las herramientas para conocer el porcentaje de desvinculación con los estudiantes y remarcó que al dato concreto lo conocían en el CGE.

En AGMER Paraná, sin embargo, señalaron que a nivel departamental un 30 por ciento de los estudiantes primarios no pudieron sostener el vínculo con los docentes durante lo que iba de 2020, y agregaron que ese porcentaje aumentaba al 40 por ciento si se trataba de estudiantes secundarios.

Cuando se observó la realidad con los lentes de la minoría gremial en Entre Ríos, se sumó a la Corriente Nacional Conti Santoro que denunciaba entre un 20 y un 40 por ciento de abandono escolar.

En las últimas semanas, volvió a circular en los medios de la capital provincial que el CGE registró que unos 24.000 estudiantes perdieron contacto con sus docentes el año pasado. Se habla de un 5 por ciento de la matrícula total de la provincia. Un dato que si bien en octubre pasado no estaba cerrado, debió haber sido previsto por las autoridades del Consejo que lo confirmaron recién este año.

Cabe preguntarse qué le ocurre a las autoridades políticas cuando desde los medios se indaga por esta cuestión. ¿Retacean la información? Sí es así ¿por qué lo hacen? ¿O la ausencia de datos simplemente se explica por la falta de previsión, herramientas o capacidad para sistematizarlos? ¿Qué política educativa se puede plantear sin estadística?

No se puede dejar afuera el anuncio difundido esta semana por parte del CGE: Entre Ríos quiere alcanzar a unos 8000 estudiantes que entre 2016 y 2020 no terminaron la escuela secundaria. El dato se divulgó con la propuesta del programa nacional Egresar y una resolución del 3 de septiembre para asignar horas cátedras. Pese al anuncio en los medios de prensa -para alcanzar lo que se supone una porción mínima de niños y adolescentes que quedaron fuera del sistema educativo-, la inscripción cerró el 16 de julio pasado.

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