
Por Thelma Fardín (*)
“¡Que tristeza! el patriarcado y su presión sobre nuestros cuerpos llevándose otra vida. No podemos decir que no somos todos parte de este sistema que arruina cabezas y corazones de adolescentes, adultxs… y hasta niños. Los varones son educados para consumir cuerpos, las pibas para querer gustar y pagar todo tipo de consecuencias por encajar en la norma de lo que se supone es la belleza. Después escuchas que dicen ‘no entiendo por qué se operan así’. ¿En serio no entendés? Justamente porque opinamos sobre sus cuerpos, sobre si estamos más flacas (siempre como algo positivo) o más gordas… porque se pone de moda tener más tetas o no tenerlas, tener determinada nariz, boca o mandíbula. Porque los varones heteronormados con ser más o menos hegemónicos encajan, pero la presión estética sobre la mujer es inagotable.
E incluso si ‘sucumbís’ a la presión para encajar, para ser más deseada, más querida, para tener más laburo, para vivir de tu imagen, después la gente va a decir ‘¿y esta que se hizo?’ Un círculo imposible.
No es de caprichosas que decimos que no hay que opinar del cuerpo del otro, no es de pesadas que creemos en la importancia de frenar con los estereotipos de belleza, es porque si tiras de ese hilo hasta el final, te podes encontrar con lo más doloroso, como en este caso”.
(*) Actriz y activista. Publicó este texto en su perfil de Instagram.