La falta de ética atenta contra la unidad nacional
Por Julio Bárbaro (*) Como amargo fruto de la grieta aparece este exceso de palabrerío sobre la ética. Como dirían nuestras abuelas, “dime de qué alardeas y te diré de qué careces”. Hubo tiempos, quizás hasta el gobierno de Raúl Alfonsín, donde la política todavía intentaba hacerse cargo del destino colectivo. Luego llegará Menem, con las