
Los organismos de Defensa del Consumidor provincial y municipal y la Defensoría del Pueblo advierten a la población sobre los pasos a seguir a la hora de adquirir un crédito, debido a la gran cantidad de denuncias por estafas en estas entidades. Las situaciones son diversas. Generalmente refieren a descuentos en recibos de haberes de cuotas crediticias que ya fueron canceladas, cobro de elevados impuestos o tasas no acordadas, intimaciones judiciales por pagos no cancelados y hasta inscripción en el registro de deudores morosos de personas que cumplieron con sus compromisos.
Por estos motivos los tres organismos recomiendan a la ciudadanía que antes de contraer una obligación de este tipo con las diferentes entidades que ofrecen estos servicios (asociaciones mutuales, financieras, bancos) se acerquen a las instituciones a fin de asesorarse sobre los aspectos específicos a tener en cuenta y sobre las implicancias para el futuro del compromiso a asumir.
“La firma es un momento crucial en este tipo de transacciones, después del cual las posibilidades de revertir situaciones de injusticia se tornan muy escasas”, consideró Marta Benedetto, defensora adjunta de la Defensoría del Pueblo. Arnaldo Gomariz, titular de la repartición provincial, también sugirió que los consumidores “soliciten copia de todo lo que firman y controlen punto por punto las obligaciones a cumplir”, dijo a Uno.
Sobre los casos
Algunos bancos y financieras realizaron ofertas crediticias a empleados de la administración municipal o provincial, haciendo uso, para la cancelación de las cuotas, de los códigos de descuento a través de la mutual o sindicato al que estaban afiliados esos trabajadores. Es decir que estas organizaciones actuaban como intermediarias en la operación.
El problema, en la mayoría de los casos atendidos por organismos provinciales, municipales y la Defensoría del Pueblo se originó debido a que luego de efectuarse el descuento de este importe, el sindicato o la mutual depositaron de manera irregular (o nunca) dicha suma a favor del banco o la financiera.
El ciudadano nunca fue informado de esta situación ya que, de manera rigurosa, veía que el descuento se efectivizaba todos los meses en su recibo de haberes. Incluso, en muchos casos, les fue otorgado el certificado de libre deuda por parte de la mutual o del sindicato. El ciudadano abonó en tiempo y forma en la mayoría de los casos, aunque conservó su situación como deudor.
Como consecuencia de ello, los bancos o financieras procedieron posteriormente a intimarlo para que efectivice el pago de la suma adeudada, sin siquiera dirigir acción alguna hacia quien en realidad obró de manera irregular, es decir el sindicato o la mutual. “Quienes tomaron ese crédito figuran como deudores incobrables o morosos en el Veraz”, dijo Sandra López, titular de la Defensoria del Consumidor municipal.
Por otro lado, también se registraron casos donde jubilados sacaron un pequeño préstamo en una mutual, que después, a ese monto le agregó cuotas sociales, seguros y otros cargos de los que no se informó al comienzo. También ha ocurrido que “los jubilados terminaron de cancelar el crédito a través del recibo de haberes y le continúan cobrando las cuotas”, dijo Gomariz.
Algunos ejemplos de los reclamos probados
Los casos representan 17 en la defensoría del Pueblo y 16 en el organismo de Defensa del Consumidor municipal.
• Un empleado del sindicato municipal había terminado de pagar un crédito pedido hace tres años a través de la mutual en la que estaba afiliado. Cuando fue a solicitar otro crédito al banco para comprar una casa, se enteró de que adeudaba el crédito anterior y estaba inscripto como deudor moroso. La mutual nunca había cancelado el crédito en el banco.
• Una señora fue a solicitar información sobre un crédito. Llenó la solicitud pero decidió posteriormente no retirar el dinero. Sin embargo, al poco tiempo comenzaron a cobrarle cuotas del crédito que nunca sacó.
• Una persona terminó de pagar el crédito que creía era de 24 cuotas. Al llegar a la última, se refinancia automáticamente el crédito, y la compromete a seguir pagando.
• Una mujer que no sabe escribir detectó que a su nombre retiraron dos créditos en una financiera. En los papeles consta su firma, mientras que en el documento efectivamente se registra que no sabe firmar.