El cuerpo sin vida de Julio César Toresani fue hallado en las primeras horas de este lunes y se investigan por estas horas las causas de su descenso. El hallazgo se produjo en el Predio de la Liga Santafesina de Fútbol, donde el ex futbolista estaba viviendo hacía algunas semanas. Según trascendió, Toresani atravesaba un profundo estado depresivo ya que pasaba un muy mal momento a nivel personal, familiar y laboral
El Huevo nació en la ciudad de Santa Fe el 5 de diciembre de 1967 (tenía 51 años) y surgió futbolísticamente de Unión, donde formó parte del plantel que logró el ascenso en 1989, con las victorias en las recordadas e históricas finales frente a Colón.
Luego emigró a Instituto de Córdoba, donde estuvo desde 1989 hasta 1990. Regresó a Unión, donde estuvo hasta 1991 para dar el gran salto a River, donde jugó desde
Más tarde el ex mediocampista recaló en Colón, club en el cual estaba totalmente identificado ya que era hincha, donde estuvo desde
Volvió a Colón en 1999 y jugó un año, para luego tener su oportunidad en Audax Italiano de Chile, donde jugó de
En tanto que como entrenador inició su carrera en San Martín de San Juan, donde dirigió en la temporada 2005/06. Tuvo su gran oportunidad en Colón, fue durante cuatro partidos en 2006.
Al año siguiente estuvo al frente de Aldosivi (2007). Luego dirigió a los siguientes equipos: The Strongest (2009), Sportivo Italiano (2009/10), Deportivo Madryn (2010/12), San Martín de Mendoza (2012), Textil Mandiyú (2013), Alumni de Villa María (2013), Colón (ayudante de Diego Osella en 2014), Liga de Loja (2015), Sportivo Italiano (2015), Real Potosí (2016), Sportivo Patria (2017), Orense SC (2018) y Rampla Juniors (2018/2019).
Las últimas horas
En la tarde del domingo, el Huevo Toresani subió cuatro historias a su perfil de WhatsApp, donde puso una foto con su familia (junto a sus padres y sus hijos), señala Uno Santa Fe.
Luego escribió “llegó el momento, demasiado la espera”. Más tarde puso “gracias amigos por estar, ustedes saben ya”. Y agregó: “Nos seguimos juntando con gente que a uno le soltó la mano y no son capaz de preguntar cómo está uno. Igual Dios pone las cosas en su lugar”.
Toresani atravesaba un profundo estado depresivo ya que pasaba un muy mal momento a nivel personal, familiar y laboral, producto de lo cual había sido atendido en el Hospital José María Cullen.
