El delegado argentino en la CARU compró propiedades por cerca de un millón de pesos en menos de tres años

Negocios inmobiliarios

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659

Américo Schvartzman
(desde Concepción del Uruguay)

El delegado argentino en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), Armando Darío Garín, en sólo tres años mostró un impresionante crecimiento patrimonial: desde fines de 2003 a la fecha adquirió propiedades en la ciudad por una cifra cercana al millón de pesos, pero la mayoría de los inmuebles está a nombre de su hermana.

Armando Darío Garín accedió al codiciado cargo de delegado argentino ante la CARU tras la asunción de Eduardo Duhalde como Presidente de la Nación, a comienzos de 2002 y luego de la crisis institucional vivida en el país. Como parte de los acuerdos de Duhalde con sus respaldos provinciales, se incorporaron al organismo binacional fieles mandaderos del poder del justicialismo entrerriano, y entre ellos -de la mano del diputado nacional Hugo Cettour y de Jorge Busti- se encontraba Garín, hasta entonces, un dirigente de escasa relevancia en el peronismo uruguayense, pero con mucha ambición y dispuesto a cumplir con lo que le pidieran para ascender.

En 1998 Garín había participado de la interna abierta justicialista que consagró como candidato a intendente a José Eduardo Lauritto, con un pésimo resultado: fue el candidato menos votado, con cifras que no se condecían con el generoso reparto de remeras con su nombre, obsequios y promesas de todo tipo. Pero el premio vino después, de la mano de Hugo Cettour, otro derrotado en esa interna, que en 2001 tuvo la capacidad de realinearse y acceder a la banca como diputado nacional que actualmente ocupa y que pretende renovar, aunque las posibilidades aparecen como muy remotas. Fue su excelente relación con Cettour la que posibilitó la llegada de Garín a la CARU. Hasta entonces era un abogado poco conocido, mentado sólo por sus ardides no siempre recomendables en el manejo de juicios laborales, donde acumuló una notable cantidad de ex defendidos que lo detestan y entienden que los “vendió”.

Pero no sólo eso acumuló Garín. Desde hace un tiempo, ha venido incrementado su patrimonio a través de la adquisición de propiedades inmuebles, varias de ellas en pleno radio céntrico de Concepción del Uruguay.

Proveniente de una modesta familia oriunda del interior del departamento, la familia Garín posee una mercería desde hace años sobre la calle principal de la ciudad. Sus dos hijos, Nora y Darío, estudiaron Derecho en Santa Fe y luego regresaron a Concepción del Uruguay, donde se dedicaron a su actividad profesional: Nora ingresó a la Justicia provincial -es secretaria en el Juzgado Laboral Número 2- y Darío se dedicó a su estudio particular, en la misma especialidad, y claro, a la política.

En 1989 Armando Darío Garín comenzó a trabajar en su profesión. Para entonces, lo que hoy es un coqueto estudio sobre calle San Martín, era una modesta oficina. Poco después comenzaron también sus incursiones en la actividad política.

Ya se sabe que la CARU es un organismo caro. En estos días recrudecieron los cuestionamientos al ente binacional, a raíz de su actuación en el caso de las papeleras que se están instalando sobre el río Uruguay, y el famoso dictamen con el ente dio su visto bueno. La sospecha de incentivos ofrecidos a los funcionarios, invitaciones a viajes internacionales, y pagos millonarios, fueron livianamente diseminadas por toda la costa, y tratándose de inversiones millonarias en dólares, no es extraño que así fuera. Pero más allá de esas indemostrables sospechas, las durísimas declaraciones -entre otros- del canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, recogidas la semana pasada en Miércoles Digital, reavivaron el tema. El ministro de Relaciones Exteriores de Tabaré Vázquez cuestionó al organismo, pero no por la postura ante la papelera, sino porque entiende que incumple con su labor, ya que ha sido incapaz de hacer lo mínimo, que es “garantizar la navegabilidad del río Uruguay”. Pero además, agregó, en diálogo con El Telégrafo de Paysandú: “No me haga hablar de lo que gasta la CARU porque espantaríamos a los lectores. Hay muchos representantes que no sólo ganan sueldos muy importantes sino también viáticos que duplican los sueldos”.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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