El aumento de casos de cáncer en Santa Elena

Cáncer: sí pero no

Edición
686

Sandra Miguez

De acuerdo al Informe Ejecutivo que realizó la Dirección de Epidemiología -en colaboración con la Nación-, la tasa bruta de mortalidad por tumores de la localidad de Santa Elena para el año 2002 fue superior a la del país y la provincia para el mismo año. Sin embargo, en dicho informe se concluye que la población del norte entrerriano presentaría menos casos de cáncer en comparación con lo se esperaría, según el Registro de Concordia -único organismo avalado internacionalmente por la Organización Mundial de la Salud- si no existiera un subrregistro. Ese subrregistro es el que permite demostrar que aún no se ha podido contabilizar cada uno de los casos y entrecruzar con registros de todas las regiones de la provincia, con un análisis sistemático de dichos datos y por confirmación de cada paciente, lo que demuestra que aún queda un arduo trabajo por realizar.

Si un factor ambiental como el sol es capaz de provocar cáncer de piel, ¿por qué no sospechar que la exposición a otro tipo de radiaciones y compuestos químicos podría estar siendo el causante de la aparición de algún tipo de cáncer?

Los comentarios se suceden aunque no existen trabajos pormenorizados y sistemáticos que permitan realmente reafirmar la premisa que se ha instalado socialmente como es que existe un aumento en los casos de cáncer y que esto obedece en gran medida a los factores ambientales.

Pero tampoco se puede negar rotundamente tal afirmación y de hecho hay científicos que plantean este tema sin dejar de reconocer que existen intereses económicos tan poderosos que “desvían la atención de los factores ambientales y socioeconómicos como la pobreza, la contaminación ambiental, las adicciones, el estrés”, como ha explicado el doctor Víctor Penchaszadeh, profesor argentino del Albert Einstein College of Medicine de Nueva York, integrante y directivo de numerosas instituciones dedicadas a la genética.

Penchaszadeh estuvo en enero de 2005 en el país y en una entrevista concedida a un medio capitalino reafirmó su perspectiva respecto del derecho de los pueblos a la salud, como también por el acceso equitativo a los beneficios del saber médico y el rechazo a la discriminación, mientras se esfuerza por desmitificar la genética para que sus avances estén al servicio de la gente y no de las grandes corporaciones.

En la nota, el genetista explicó que en los descubrimientos científicos “se presenta a los genes como los principales responsables de enfermedades, con explicaciones reduccionistas que dejan de lado el papel decisivo del medio ambiente”. Y agrega: “Estas explicaciones, además de ser falsas desde el punto de vista científico, tienden a desviar la atención de los factores ambientales y socioeconómicos cuya modificación implica enfrentar intereses muy poderosos. Un ejemplo de exageración es decir sin aclaraciones que el cáncer es una ‘enfermedad genética’. Si bien se han aislado algunos genes predisponentes heredados, no sólo ninguno de ellos determina forzosamente que la enfermedad se desarrolle, sino que la mayoría de los cambios genéticos que causan cáncer son producidos por factores ambientales. Hay intereses que potencian esto, como los de la industria biotecnológica y la farmacéutica. Para ellas es más atractivo económicamente introducir nuevas pruebas en el mercado, producir nuevas drogas, que controlar el medio ambiente o tratar de que la gente no fume, por ejemplo”.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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