“Juego de soledades”

Florencia Penna
Desde Santa Fe llegó Hermanos, del escritor argentino Jorge Accame. Con dirección de Jorge Ricci y las actuaciones de Cristina Domínguez, Luis Novara y Julio Beltzer, la obra se presentó en la Sala Metamorfosis, donde se realizará otra función este sábado a las 22. La entrada general tiene un valor de siete pesos pero se pueden conseguir anticipadas a cinco.
Con carácter de estreno nacional, la última pieza del novelista, poeta y dramaturgo no fue estrenada en Buenos Aires ni en otro país. Sólo en el santafesino Teatro de la Abadía y ahora en la capital entrerriana, razón por la cual es probable que el autor venga a ver el espectáculo.
-¿De qué trata Hermanos?
Jorge Ricci: -Cuenta la historia de Angélica y Bebe, dos hermanos sesentones que viven de la pensión que ha quedado del padre, el coronel Alan Varena. Esa pensión les da la posibilidad de mantenerse, pero Bebe, no satisfecho, permanentemente está escribiendo odas, poemas líricos, obras teatrales para resaltar la figura de su padre quien, junto al doctor Saavedra Lamas, tuvo la tarea de pacificar cuando se enfrentaron Bolivia y Paraguay en la guerra del Chaco, a principios del siglo XX. Él tiene la fantasía que de alguna manera reivindicando la figura de su padre, le va venir algún pedazo del Premio Nóbel que le dieron a Saavedra Lamas. Entonces estamos ante un escritor de pacotilla, una mujer que está enferma y en un momento determinado muere, por lo cual desaparece la pensión porque sólo era para las hijas.
-Allí comienza el conflicto…
J.R.: -O la parte más grotesca de la historia. Bebe asume el rol de su hermana, se travestiza para poder ir a cobrar la pensión todos los fines de mes, y sigue con un novio eterno de Angélica, Octavio, un médico hipocondríaco que a la vez lo orienta para que termine pareciéndose a la hermana, vistiéndose como ella. En este juego de soledades entre tres sesentones, Octavio queda como “novio” de esa nueva Angélica que es Bebe travestido.
-Como en Venecia, otra obra del mismo autor, aquí abarca una realidad social presente en nuestro país.
J.R. :-Es un teatro que es muy espejo de nuestra realidad porque acá se está hablando de una clase media en decadencia que es capaz de hacer cualquier cosa para sobrevivir, para mantenerse en la cornisa y no irse por el abismo. Lo bueno de este teatro es que el humor y la mirada grotesca e irónica prevalecen; es un lenguaje que en la Argentina todos gozamos muchísimo. Nos pertenece mucho esa cosa sardónica, irónica que se encuentra en la literatura, en el teatro, en el cine y que Accame sabe hacer muy bien.
-¿Él no vio aún esta puesta en escena?
J.R.: -Todavía no porque estuvo un buen tiempo en Estados Unidos con una beca escribiendo una novela. Es un escritor de fuste. Sería un placer que venga a ver una de las últimas funciones del año, que serían estas dos en principio. En 2006 volveremos a hacer temporada, pero ahora Julio (Beltzer) se va como 15 días a Caracas pues le estrenan una obra allí y después vienen las Fiestas, entonces cerramos en Paraná. Que siempre es un placer porque tenemos un público que nos soporta cálidamente.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)