La dulce espera

Pablo Rochi
Las próximas horas pueden ser decisivas y muy importantes para el futuro de las entidades deportivas. Muchos dirigentes están atentos a la posibilidad de que la famosa Ley de Inembargabilidad e Inejecutabilidad de los Clubes sea tratada en la Cámara de Senadores para que los legisladores prorroguen por 180 días más el beneficio.
En las últimas días, la sentencia de remate de las instalaciones del club Palermo y del Jockey Club de Paraná, han generado una importante incertidumbre en el ambiente, tal es así que la confusión ha ganado terreno y atemorizó a más de un directivo.
Pero los edictos judiciales publicados respecto a bajarle el martillo a ambas entidades no han hecho otra cosa que acelerar un proceso que hace tiempo se viene estirando pero que aún no encontró alternativas de solución.
La Ley de Inembargabilidad e Inejecutabilidad se transformó en una coraza muy importante para todas las entidades que están asfixiadas por viejas y peligrosas deudas que amenazan continuamente con destruir y eliminar por completo las vidas de las instituciones deportivas.
Informaciones infundadas y filtradas por la confusión, adelantaron días atrás que la mencionada ley caducaba a fines de marzo, por lo que si no se prorrogaba la norma, algunos clubes estarían seriamente comprometidos.
Semanas atrás, el juez Roberto Oscar Parajón, del Juzgado en lo Civil y Comercial Número 8 de Paraná, dispuso el remate del club Palermo para el miércoles 12 de abril por una deuda contraída con la financiera Orfim Sociedad Anónima, la que nunca se terminó de cancelar. La misma se contrajo en 1999, cuando la gestión presidida por Julio Goyeneche solicitó un crédito a dicha empresa por 6.000 pesos. El incumplimiento y la irresponsabilidad de aquellos dirigentes, sumado a la falta de compromiso para solucionar este inconveniente por parte del resto de la familia palermitana generaron que esa deuda se convirtiera en una bola de nieve en crecimiento. Hoy, siete años después, entre costas e intereses y mediante instancia judicial, la cifra aumentó sideralmente, hasta trepar a una suma cercana a los 90.000 pesos.
Entre discusiones matemáticas, documentos firmados y otras yerbas, tanto allegados a esta entidad como Adelquis González Languasco, titular de la empresa Orfim SA, nunca pudieron llegar a un acuerdo, el tiempo transcurrió y la deuda cada vez se hizo más grande.
Ante las versiones que señalaban que la Ley de Inembargabilidad e Inejecutabilidad estaba a punto de caducar, el remate de Palermo se aceleró de manera gravitante. Desesperados, Emilio Riquelme, presidente de Palermo, y colaboradores comenzaron a pedir ayuda para tratar de frenar esta grave situación.
En un principio los dirigentes confiaban en que la ley se prorrogaría por otros 180 días más. El tratamiento de esta materia se iba a realizar bajo una importante reunión en la cual estarían diputados, senadores, integrantes de la Asociación de Clubes de Paraná (Acludepa) y directivos de la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDYC), cónclave programado para la primera semana de marzo.
Sin embargo, de la reunión solo participaron integrantes de Acludepa y dirigentes de UTEDYC, quienes ofuscados por el faltazo y la ausencia inexplicable de los legisladores, debieron retirarse sin ninguna alternativa de solución.
Con todo ello, se agravó el panorama de Palermo, que sin la protección de la mencionada ley, quedó desnudo y desamparado ante el pedido de remate.
Sin embargo, como caída del cielo surgió una nueva noticia que a Riquelme y compañía le devolvió algo de tranquilidad. La novedad está relacionada a que en un punto de la última prorroga se encontró un ítem del cual queda en evidencia que la ley no caducó sino que se extiende hasta el mes de agosto de 2006.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)