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Publicidad encubierta que le llaman

Las transmisiones radiales de automovilismo arrancan bien temprano por la mañana cada domingo, como temprano también comienzan las actividades en los autódromos. Sin embargo, cada jornada deja un espacio entre carreras que les permite a los productores ubicar allí a sus auspiciantes. Ese parece ser el resquicio que casi semanalmente encuentra el candidato a gobernador por el oficialismo entrerriano, Sergio Urribarri. Es que en lo que va del año ha sabido copar el éter de Campeones, el ciclo de Radio Rivadavia, hablando de los más diversos temas y, por supuesto, aprovechando para hacer campaña ante una audiencia enorme y con una llegada a todos los rincones de la provincia y el país.

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Candidato ingenioso

Bovril es una pequeña localidad del departamento La Paz, ubicada a 150 kilómetros de la capital provincial, en la que llamativamente aparecen cuatro postulantes para la Intendencia por el justicialismo oficialista. Uno de ellos es el cuestionado José Maximiliano Crettón Pereyra, que fuera administrador del Senado en el período 1995-1999, cuando Héctor Alanis (PJ) era vicegobernador y desaparecieran más de 20 millones de pesos. Seriamente cuestionado, se radicó en Montecarlo, en la provincia de Misiones, adonde llegó con no menos de 6 millones de pesos y comenzó a realizar importantes inversiones que llamaron la atención de todos menos de la Justicia entrerriana, que nunca lo citó a comparecer. Sin embargo, siempre mantuvo domicilio en Bovril, donde hace un tiempo comenzaron a aparecer los primeros afiches, carteles, pasacalles y remeras con la leyenda “Crettón 2007”.

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Siguen las andadas

Parece que el intendente de Santa Elena, Domingo Daniel Rossi (PJ), no escarmienta en sus prácticas. Condenado por quedarse con dineros públicos, no sólo se niega a dejar el cargo -para él se modificó la Ley 3.001 imponiendo que será depuesto una vez que la sentencia quede firme- sino que hace unos días hizo una parodia de nota de renuncia dirigida al Concejo Deliberante, que debía rechazarla después de una marcha de vecinos clamando por la continuidad en su puesto. Los seguidores de Rossi acudirían espontáneamente el domingo a la Plaza Independencia, después de recibir 20, 30 o 50 pesos según el caso y bolsones de alimentos, y los ventiladores (para calmar los primeros calores de la temporada), camas, colchones, chapas que repartían algunos comercios afines. Pero el clima hizo cambiar los planes y la marcha se suspendió -algunos malintencionados aseguran que en realidad la convocatoria era escasísima-.

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Contrato basura

El intendente de Concordia, Juan Carlos Cresto (PJ), firmó hace algunos meses un contrato por el cual cedió a una empresa la gestión de residuos sólidos de la comuna. Sin embargo, la medida ya le valió una denuncia penal que por estos días navega en los tribunales de Concordia sin que ningún juez quiera asumir la investigación. El contrato fue firmado el 23 de agosto de 2006 y fue ratificado dos meses después por el Concejo Deliberante a través de los votos de los concejales Jorge Luis Ferrera, Heriberto Pezzarini, Norberto Martín Santana, Roberto Abel González, Roberto Chabrillón, Marcos Daniel Wdowiak y Ricardo Rubén Zubillaga. La beneficiada fue la denominada Compañía Entrerriana de Tratamiento de Residuos Urbanos Sociedad Anónima (CETRU). El objeto principal del convenio es la construcción y operación de una llamada Planta de Selección, Reciclaje y Disposición final de residuos sólidos urbanos, en el inmueble de 248 hectáreas conocido como Campo del Abasto, cuyo uso y goce es cedido en su integridad a la empresa por el término de 20 años y una posible prórroga de otros diez. La nombrada CETRU se comprometió, en el plazo máximo de nueve meses de ratificado el convenio, a la construcción completa de la Planta de Clasificación y Selección, integrada por el edificio principal de 600 metros cuadrados cubiertos y las restantes obras civiles, tales como el playón de cargas y preselección, la torre en altura de supervisión, las oficinas de administración, vestuarios, sanitarios y comedor del personal, e instalaciones complementarias, las que se distribuirán en una zona delimitada de aproximadamente seis hectáreas. Además del tratamiento y destino final de los residuos, la empresa procederá a forestar en una superficie aproximada de 130 hectáreas, previos trabajos de “remediación del suelo, con el consiguiente estudio de contaminación actual”, según se consignó en el contrato.

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