Siete años de un proyecto militante

Florencia Penna
Mañana a las 20, en el Centro Cultural La Hendija (Gualeguaychú 171), se presentará la revista mensual Sudestada y el libro Polo, el buscador, sobre la vida del periodista Fabián Polosecki. La propuesta, organizada por la Librería Correveidile y la revista El Colectivo, se repetirá el sábado en la ciudad de Santa Fe, en la librería Palabras Andantes.
Los invitados Ignacio Portela y Hugo Montero, oriundos de Buenos Aires, son integrantes del staff de Sudestada y los autores de la biografía del recordado Polo. Durante ambas veladas dialogarán con el público, como así también lo harán el sábado a partir de las 10 de la mañana en la sede de la Correveidile (La Paz 82), con periodistas y hacedores de revistas locales, mates y bizcochitos mediante.
“Ya viajamos a Paraná un par de veces, incluso para armar un artículo de la revista, conocemos gente por allí y será una alegría reencontrarnos con ellos”, aseguró Montero en diálogo con ANALISIS.
-¿En qué consistirán estas presentaciones?
-La idea es aprovechar el viaje para presentar, por un lado Polo, el buscador, que publicamos con Ignacio Portela en 2006, y hacer también una suerte de presentación-festejo por los siete años que cumplimos con Sudestada en agosto. La propuesta es proyectar algunos de los programas que Polo producía para ATC a comienzos de los 90, para que quienes no conocen su trabajo descubran el periodismo que desarrollaba, y aquellos que sí recuerdan sus ciclos El otro lado y El visitante se reencuentren con un material de difícil acceso. Después, conversaremos con la gente sobre sus formas de abordaje del periodismo y comentaremos el hacer cotidiano de la revista y el proceso de investigación que culminó con la publicación del libro.
-¿Cuál es la línea editorial de Sudestada?
-Tiene que ver con nuestros gustos, nuestras inquietudes y nuestras curiosidades. Es decir, escribimos, investigamos (y entrevistamos) sobre aquellos temas que nos generan preguntas y también algunas certezas. Desde el primer número trabajamos con ese parámetro: intentar hacer en Sudestada aquello que a nosotros nos apasiona, sin concesiones de ningún tipo y con una libertad de trabajo que no es muy usual en este oficio. La gran alegría fue descubrir, mes a mes, que a otros muchos les interesa lo mismo que a nosotros, y ellos son nuestros lectores.
-¿Cómo ha sido la trayectoria en estos años?
-Ha estado marcada por un esfuerzo constante, por una decisión de dar pasos hacia adelante para mejorar la revista y no estancarse, y eso redundó en un crecimiento bastante inesperado en cuanto a la cantidad de lectores. Ese quizá sea el cambio más significativo, pasar de tirar 500 ejemplares en el primer número a los 6.000 que tenemos hoy en la calle, 72 ediciones más tarde. Al mismo tiempo, superando infinidad de obstáculos lógicos porque en la revista nadie ganó un peso durante cinco años (en los últimos dos se están pudiendo pagar un par de sueldos y viáticos), sin cobrar nunca ni subsidios ni publicidad oficial, con los lógicos conflictos personales de cada uno, el desempleo, la falta de tiempo, etcétera. Pero en definitiva, la fuerza la seguimos poniendo el mismo grupo de amigos que largó con esto en 2001, aunque ya con siete años más encima.
-¿El proyecto es el mismo desde entonces?
-El proyecto en sí fue adoptando innumerables cambios a medida que la cosa iba creciendo, iba multiplicando su llegada y creciendo el interés. Para nosotros fue un desafío: de imaginar una revista de reducidas pretensiones a proponernos mantener durante mucho tiempo un producto atractivo, pero que también pudiera generar debates y polémicas, que integrara en sus investigaciones temas de complejo análisis o personajes olvidados por los grandes medios comerciales. En eso se nota también el paso del tiempo: las cosas se hacen un poco mejor y de forma más ordenada hoy, pero hurgamos en los temas con el mismo interés y las mismas ganas, hasta ahora.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)