“El Che es de todos”

Daniel Tirso Fiorotto
(especial para ANALISIS)
Participó en la fundación de la organización más famosa entre las combativas del Uruguay, el MNL, y se distanció por una diferencia inicial en torno del programa revolucionario latinoamericano del Che Guevara. Hebert Mejías anticipó a ANALISIS, en una plaza emblemática de Montevideo, parte del libro que publicará en breve y habló de su prisión, su fuga, su exilio, su reconciliación con muchos militantes y su nuevo distanciamiento a partir del gobierno de Tabaré Vásquez, que aún recibe el apoyo de algunos tupamaros. Para Mejías, el pintoresco José Pepe Mujica es hoy un “traidor”.
Tranquilo, reflexivo, saludado por todos con alguna admiración, y respondiendo con ademanes sencillos, Carlos Hebert Mejías Collazo adelantó a ANALISIS algunos temas que tratará en el libro que editará en breve sobre su protagonismo en los debates y las acciones de los violentos años ‘60 y ‘70, y sus coincidencias y diferencias con los Tupamaros.
El encuentro no fue casual: Mejías participó, como un espectador más, en un homenaje a Ernesto Che Guevara, en un aniversario de su ejecución, y al oriental Roberto Sendic, organizado por el movimiento Compromiso Revolucionario, en la plaza que el pueblo montevideano bautizó Sendic, precisamente.
Mejías se interesó por la presencia de algunos argentinos, en particular el referente del Foro Artiguista Entrerriano, el docente Mauricio Castaldo, que había disertado sobre José Gervasio Artigas, Andresito y el Che Guevara, y había compartido incluso un espacio de expresiones con militantes docentes, sociales, políticos y los embajadores de Bolivia y Ecuador.
En silencio, con perfil bajo, Hebert Mejías seguía las exposiciones como cualquier vecino, y allí fue entrevistado por ANALISIS mientras, de fondo, sonaban las voces jóvenes de una murga típica, llamada Fondo Blanco, y un viento frío arreciaba desde el Río de la Plata y hacía flamear las banderas artiguistas, entrerrianas y orientales, todas iguales.
Nacido hace 73 años en Montevideo, Mejías es motivo de admiración y también de controversias en Uruguay desde hace casi medio siglo. Ya con sectores de ex guerrilleros anclados en el gobierno de Tabaré Vásquez, este dirigente que supo disentir con algunos tupamaros en las nacientes de los grupos armados, porque él estaba para acompañar al Che Guevara en su cruzada por las selvas de Bolivia y el MNL prefirió no participar, vuelve a poner en cuestión las piruetas de algunos orientales y aquí van sus definiciones que pintan en parte el panorama de dispersión que viven hoy los sectores luchadores del Uruguay.
En la cuna del MNL
“Acá, en este mismo lugar donde estamos, nació un grupo que se llamaba Movimiento de Apoyo al Campesinado. Algunos veníamos del MRO (Movimiento Revolucionario Oriental), había mucha gente del barrio, pero sobre todo apoyábamos al movimiento cañero de Raúl Sendic”, comentó Mejías, de entrada.
–¿Sendic qué hacía entonces?
–Sendic era del Partido Socialista. Muy sui géneris. Y nosotros veníamos del MRO, y formamos acá en La Teja, dos cuadras para abajo, ahí, formamos el MAC (Movimiento de Apoyo al Campesinado). Era en apoyo al trabajo que Sendic estaba haciendo con los cañeros en el norte, en Artigas.
–Usted me comentaba su relación con lo cubano.
–Tengo raíces cubanas. Mi abuela era cubana. El Mejías es gallego. Es de mi abuelo, que era un general del ejército español de ocupación en Cuba, y lo sacaron de culo los cubanos. Estuvo enfrentado con el ejército de José Martí, pero al tiempo se fue para España y se llevó a mi abuela, la cubana. Esas historias en casa siempre se comentaron, me fueron marcando, hasta que se dio la Revolución Cubana y bueno, me dio con todo. Ahí me arrimé a una concepción revolucionaria de la cosa.
–¿En qué trabajaba entonces?
–Era bancario. Profesor para ingreso a bancos, ganaba dinero, estaba bien. En ese momento nos reunimos acá, formamos el MAC en apoyo a la lucha de Sendic con los cañeros, y una de las cosas que se hizo primero fue una apropiación de armas en el Tiro Suizo de Colonia. Unas armas viejas que no servían para nada, pero simbólicamente fue el nacimiento de lo que después sería el MNL.
–Eso los alentó.
–Por supuesto. Además, acá nunca había pasado una cosa parecida hasta ese momento. Todavía no existía el MNL, era el MAC, y coordinaba con otros grupos, que tenían la misma concepción, el mismo planteo, grupos escindidos de la juventud del Partido Socialista. Había grupos diversos, cuatro o cinco.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)