Algunas pistas para entender cómo se escribe el gran relato de la identidad

La historia, ese viaje apasionante

Edición
845

Claudio Cañete

El profesor Rubén Bourlot es un destacado historiador entrerriano que lleva una importante tarea de investigación y difusión de la historia de esta provincia. Tiene un blog llamado La Solapa Entrerriana, un espacio donde anticipa sus trabajos y recibe colaboraciones. Es autor del libro El radioteatro en Entre Ríos, testimonios de una pasión popular (Ediciones del Clé 2007). En diálogo con ANALISIS anticipó los temas de sus próximas investigaciones, habló de su reciente participación para Caudillos, una serie de Canal Encuentro, y del lugar que ocupan Francisco Ramírez y Justo José de Urquiza en el imaginario de los entrerrianos.

-Usted participó en la serie documental Caudillos, de Canal Encuentro, ¿lo conformó el tratamiento que hacen de los temas?
-Efectivamente, participé de una entrevista para el documental que realizó el Canal Encuentro sobre las figura de Ramírez, junto a otros investigadores del Archivo General de la Provincia. Lamento que de todo el material obtenido sólo se emitieron algunas breves tomas y el resto fue transcripto por los conductores del documental, con algunas imprecisiones. Hubiera sido de mucho más provecho dejar hablar a quienes investigamos en la provincia y que no tenemos muchas oportunidades de acceder a los grandes medios nacionales.

-Le tocó hablar de Francisco Ramírez, ¿qué rescata como historiador de su figura?
-Ramírez, sin dudas, es el caudillo de mayor relevancia en nuestra provincia y que se catapultó a la consideración nacional después de la batalla de Cepeda. Lamentablemente, su desaparición física en 1821 interrumpió un proceso que lo hubiera tenido como protagonista excluyente de la política entrerriana, y tal vez nacional, a lo largo de las siguientes décadas. De los reglamentos de la República en Entre Ríos emana su pensamiento acerca del régimen político, los criterios sobre economía estatal y su preocupación acerca de la educación pública. Otro de los aspectos destacados del caudillo fue su compromiso con el régimen federal y republicano. Junto a José Gervasio Artigas y a otras figuras del Litoral combatió las pretensiones hegemónicas del puerto de Buenos Aires y en 1820 encabezó la campaña para torcerle el brazo a la metrópolis en su intento por imponer una monarquía extranjera en el Río de la Plata.

-¿Piensa que hay que estudiarlo más, que hay otras facetas poco conocidas? ¿Por ejemplo, el episodio de su muerte, el destino que tuvo su cuerpo y cabeza, más certezas sobre la biografía de La Delfina?
-Acerca de Ramírez hay muchos temas aún no develados, empezando por su aspecto físico. No existe un retrato tomado durante su vida, por ello hay varios realizados post mortem y descripciones de historiadores que difieren. Esta situación se da con varios de los caudillos de nuestra provincia. Con respecto al destino de su cuerpo, tras su muerte en el combate de Arroyo Seco -norte de Córdoba-, solamente se rescató su cabeza, que fue entregada al brigadier y gobernador santafesino Estanislao López como trofeo de guerra. Éste, a su vez, estando en un campamento cerca del lugar de los hechos, la envió a Santa Fe con la orden de exponer el cráneo -previamente “embalsamado”- en un lugar público, hecho que sucedió según los testimonios de la época.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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