Conflicto en concurso docente

El profesor que espera

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Un profesor de Educación Física de Gualeguaychú manifestó sentirse perjudicado en un concurso por un cargo en la UNER. Su molestia no quedó en palabras, sino que llegó a la Defensoría del Pueblo de la Nación, que terminó fallando a favor. La casa de altos estudios reconoció la irregularidad denunciada por el docente, pero no actuó en consecuencia. El próximo paso es la Justicia. ANALISIS tuvo acceso a las resoluciones del caso. Anuncian malos presagios.

Federico Malvasio

Los concursos en el Consejo de la Magistratura para ocupar cargos en el Poder Judicial no sólo padecen demoras durante el proceso, arbitrariedades, impugnaciones o denuncias de favoritismos. En el ámbito docente todas estas dificultades y contaminaciones a la transparencia –dicen- son habituales.

Armando Fiorotto es profesor de Educación Física en la Escuela Miranda de Gualeguaychú. Anteriormente se desempeñó de forma interina y con “dedicación simple” en el área de Deporte de la Facultad de Bromatología en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), cargo que ocupó durante 20 años. Mientras ejercía la docencia obtuvo el título de Instructor y Técnico Nacional de Fútbol. También culminó una Maestría en Salud Familiar y Comunitaria en esa misma casa de estudios.

A mediados de año de 2007, Fiorotto fue notificado de que su cargo saldría a concurso, lo que lo llevó a recabar información sobre las bases. Los requisitos para alcanzar la titularidad no fueron obtenidos por el concursante, ya que luego de haber presentado una nota en la casa de altos estudios para averiguar cómo sería la modalidad y cuál el jurado no hubo respuesta alguna, según denunció. Un par de días después en un diario local salieron algunos puntos sobre el concurso, pero con escuetas explicaciones, sobre todo lo referente al proyecto que había que presentar.

Luego de una postergación de 15 días para que se llevara adelante el concurso, el profesor llegó a la mesa examinadora.

Denuncia

Fiorotto, pese a tener apreciaciones de mínima respecto a la normalidad del proceso, tuvo una de máxima que lo llevó a impugnar el concurso: era la presencia en el jurado de Bernardino Landi, integrante del Consejo Interuniversitario Nacional, quien -según el gualeguaychuense- “había hecho malversación de fondos”.

La acusación se basa en el hecho de haber estado en una reunión en Buenos Aires “donde se le recriminaba (a Landi) que no había hecho la rendición de los gastos de un torneo que se realizó en Carlos Paz (Córdoba)”. Fiorotto contó a ANALISIS que iba a recusar ese tribunal porque entendía que el acusado “no podía evaluar” pero no “le dio el tiempo”. Lo cierto es que se presentó a rendir en Concepción del Uruguay el 26 de noviembre de 2007 y luego terminó impugnando el concurso, del que salió segundo. La impugnación también tuvo la rúbrica de otros dos participantes: Sergio Sain y José Tamaño.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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