El distanciamiento Urribarri-Busti

Las palabras y las cosas

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861

Antonio Tardelli

Pocos días después de que en un ámbito partidario el gobernador Sergio Urribarri censurara a quienes le ponen “zancadillas” a la gestión oficial, legisladores bustistas se ubicaron en un sitio equidistante del Poder Ejecutivo y de las organizaciones agropecuarias. Lo hicieron al momento de fijar postura acerca de las proyectadas modificaciones al Impuesto Inmobiliario Rural. En buen romance eso quiere decir que no asumen como propias las iniciativas gubernamentales. El tiempo dilucidará si se trata de una diferenciación que procura acumular en contra de Urribarri o si es sólo una estrategia acordada que le permita al peronismo gobernante mostrar sus matices y así tener a mano, llegado el momento y según convenga, un rostro presentable para cada uno de los humores sociales posibles. Por lo pronto, con mayor o menor difusión, las palabras marcan los territorios. Ejemplo: el primer mandatario promete enrostrar algún día a ciertos senadores provinciales determinadas actitudes que juzga desleales.

El diputado Jorge Bolzán, que acaba de imaginar un 2011 “con Jorge Busti como gobernador”, ofició también de vocero de los legisladores que por estos días analizaron con el ministro de Economía, Diego Valiero, los alcances del revalúo. Presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Bolzán adjudicó a los parlamentarios oficialistas “la responsabilidad institucional” de alcanzar “un punto medio” que acerque los encontrados puntos de vista. Pasando en limpio: de un lado se halla el proyecto que el Poder Ejecutivo reivindica como progresista y del otro la alternativa “superadora” promovida por las organizaciones que en otro momento eran estigmatizadas como la patronal del campo. Los justicialistas que se sientan en las bancas, en su mayoría enrolados con Busti, se proponen “conciliar” ambas posturas. Sólo hay dos interpretaciones posibles: el Ejecutivo y los legisladores del PJ acordaron esa estrategia dual, jugando en los hechos al policía bueno y al policía malo, o los diputados y los senadores peronistas se consideran un ente capaz de encontrar el equilibrio exacto, parándose en el justo medio, al precio de blanquear su falta de compromiso con la gestión.

Los distanciamientos existen y funcionan como un telón de fondo que lo resignifica todo. La semana pasada, en una sede partidaria de Concepción del Uruguay, haciendo un alto en sus actividades oficiales, Urribarri arrojó algunos conceptos que sólo pueden inscribirse en el contexto de su enfrentamiento (a veces abierto, a veces sordo) con el ex gobernador. Sus dichos no fueron reflejados por la prensa. Entre la audiencia se contaban el vicegobernador José Laurito y el intendente Marcelo Bisogni.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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