El último fiscal

Daniel Tirso Fiorotto
(Especial para ANALISIS)
Oscar Rovira cumple 76 años. Nació un 19 de noviembre de 1933 en Concordia, donde vive hoy con su familia, y asumió en su vida intensas responsabilidades en la política y la Justicia. Por algunas, como la titularidad de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA) de la provincia, todavía hoy está pagando consecuencias: defenderse en causas civiles y penales que los propios denunciados le iniciaron.
Circunscripto en los últimos años al rol de denunciante contra la grave matriz corrupta que asoló a Entre Ríos, por su actuación al frente de la FIA, y por sus severas arremetidas contra los hombres más poderosos del partidismo en Entre Ríos (principalmente Jorge Busti y Sergio Montiel), muchos ignoran sus hondos compromisos políticos con las causas nacionales y sudamericanas.
En un extenso diálogo con ANALISIS, Rovira aplaudió el primer gobierno de Hipólito Yrigoyen. Celebró la Constitución de 1949 y el primer gobierno de Juan Perón. Puntualizó el origen de la ruina de Perón y la violencia. Valoró el pensamiento social cristiano y fustigó, en cambio, los errores históricos de los democristianos. Luego admitió que está afiliado a un partido nuevo encabezado por un peronista histórico. Y reconoció que él estuvo enrolado en la oposición cuando Entre Ríos conoció al mejor gobernador de las últimas décadas, un radical.
Avivar las llamas
-¿Qué le dice el Bicentenario que se avecina?
-En esto de los calendarios, el que nos dejó lindas palabras fue Hernández: “El tiempo sólo es tardanza de lo que está por venir”, ¿se acuerda? En los últimos 50 años hemos venido dejando pasar los soles del 25. Tampoco recuerdo que alguno de los que mandaron haya pegado un grito, un soplido, para avivar la llama de la independencia. Los que encendieron esas llamas sí sabían lo que hacían. Claro, no eran todos los que estaban. Hay algunas cosas, que me dicen de este país nuestro. Los 200 años que se nos vienen nos van a encontrar en el trillado sendero de profunda desintegración social, por ahí nos vamos deslizando. Éste es un país joven, pero hay veces que también siendo joven se muere envejecido.
-No oculta su pesimismo.
-Advertir una realidad que se advierte implica esperar una reacción, y le aseguro que conservo la esperanza.
-¿Qué logramos y qué nos falta?
-No es simple la cosa, y yo no soy historiador, ni politólogo… Los que lograron mucho fueron aquellos del primer 25. Abrieron el sur de la América a la causa de la libertad de los pueblos y dejaron afirmadas las bases de una república independiente. Fíjese que ninguno de ellos murió rico, ni siquiera holgado, fueron muy escasos los que tuvieron una muerte dulce, en su tierra, rodeados de sus paisanos. Y el país creció. Desgajado y empobrecido por errores, egoísmos, rivalidades, pero creció. Se abrieron caminos, se fundaron ciudades, se levantaron escuelas. Nos trazaron los ferrocarriles, nos abrieron los ríos a la libre navegación de ellos, el criollaje trabajó y vivió como pudo… Ocultaron esa llama encendida y la pobre se opacó.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)