En el origen, el fin de la basura

Silvio Méndez
Un grupo de vecinos que vienen trabajando desde hace un tiempo en el estudio de la problemática de los residuos, presentó un Proyecto Integral Multidisciplinario a través del cual propone estrategias para solucionar conflictos sociales y ambientales en la ciudad. La propuesta está basada en una investigación desarrollada en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) regional Paraná. En su reformulación y actualización, se contemplan ejes de trabajo para establecer un nuevo modo de concebir y tratar los desperdicios en la ciudad.
La idea comenzó a tomar forma a partir de los debates que el año pasado se dieron ante el plan oficial para construir una planta de tratamiento de basura, basada en una tecnología que proveería el grupo francés Oxalor. La iniciativa requería, asimismo, la financiación a través de los denominados “bonos de carbono”. Un mecanismo poco claro que establece el Protocolo de Kyoto por el cual se prevé el desarrollo de este tipo de proyectos con dinero proveniente de la especulación financiera de grandes empresas de los países centrales. Finalmente, el intendente José Carlos Halle dio por caído este proceso, según él mismo dijo, por la “crisis internacional”.
En diálogo con ANÁLISIS, quien fuera uno de los responsables del proyecto universitario y hoy integra la asamblea, Hernán Pirro, brindó detalles de los alcances y reformas que plantea la propuesta. Asimismo, los cambios de hábitos y costumbres que implicaría llevar adelante el proyecto que se sostiene en primer término sobre la apropiación de la idea por parte de los vecinos, en un modo de invitar a hacerse cargo de los desechos que cada uno genera.
De acuerdo a lo relatado por Pirro, los antecedentes del plan para abordar el problema de la generación y tratamiento de los residuos, provienen de un estudio llevado adelante en la UTN Paraná entre los años 90 y 93. El proyecto fue denominado Aprovechamiento de Residuos Sólidos Urbanos (Apresur) e incluido a nivel nacional en un Programa de Acción Social y Tecnológica (PASyT), donde la casa de estudios universitarios promovía la conjugación de los aspectos técnicos con los sociales. Estos resultados, se indicó, fueron entregados al ex intendente Julio Solanas, pero allí quedaron.
“En la Facultad Regional presentamos este proyecto Apresur, a raíz de que dos cooperativas de cirujas, más precisamente una, la de Villa María, al lado de barrio Humito, querían que les fabricáramos una enfardadora. A partir de esto, cuando vemos la problemática general, desde la Universidad desarrollamos un proyecto de residuos para la ciudad. El proyecto es integral, porque cuando tomamos contacto con los cirujas, su organización, hábitat, el lugar donde desarrollan la tarea, vemos que se abre el espectro de la problemática y que no se circunscribe al valor que reciben del acopiador (en ese momento, las enfardadoras acopiaban y vendían a las papeleras directamente). Había toda una problemática alrededor: la basura diseminada por todo el barrio, la condición de asentamiento irregular del barrio y una serie de cuestiones del hábitat. Además, comenzamos a determinar la cantidad de basura que se producía en la ciudad. Cuando hacemos la pasada de los camiones junto con la Municipalidad –ya que trabajamos por convenio también con la Facultad de Trabajo Social–, vemos que la cantidad de la basura que llega al Volcadero no es la totalidad de la que se produce en la ciudad”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)