Diez preguntas: Fabián Rogel

“La conjura de los mediocres es lo que más me molesta”

Edición
886

Soledad Comisso

-¿Dónde nació?
-Nací en Paraná y tengo seis hermanos; tres varones y tres mujeres. Vengo de una familia mixturada: mi padre era de origen alemán, mi abuela rusa y mi madre hija de criollos. Los dos más chicos nacimos en vicisitudes económicas complicadas y además mis padres ya tenían casi 42 años. Mi padre era albañil y mi madre modista. En 1963, cuando yo nací, perdimos la casa y a partir de allí tuve una situación económica muy apretada, pero se mantenía la dignidad del hombre trabajador. Mi padre, con su sueldo de albañil logró que sus seis hijos terminaran la secundaria y que algunos siguieran estudiando en la universidad.

-¿Qué es la política para usted?
-No creo que la política se pueda hacer nada más que “por el goce sensual del poder”, es necesaria una profunda vocación de servicio, porque si no transformo un poquito la vida del otro todos los días, es porque fracasé. Las cosas importantes no se consiguen de un día para el otro y yo tengo un espíritu muy sensible, y estoy convencido de que uno no tiene que dar al otro lo que te sobra, sino hasta que te duela. Yo podría haber hecho otra carrera política, colgándome del saco de alguno, podría haber escalado mucho más rápido si hubiera hecho un seguidismo de alguien, pero preferí buscar una alternativa propia.

-¿Qué es lo que más le molesta de la política?
-La conjura de los mediocres, eso es lo que más me molesta, porque lo he sufrido mucho. A veces pienso en la manera en que muchos dirigentes se han juntado para que yo no llegue a algo y eso me hace pensar que la mediocridad es muy fuerte o que quizás el destino me tiene reservado algún lugar interesante de lucha.

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