Con su propia voz

Claudio Cañete
Federik ganó el Premio Literario Fray Mocho de Poesía 1992, con su libro Una liturgia para Némesis (editado en 1994), pero también escribió La estatura de la sed (1971); Los sepulcros vencidos (1974); Fuegos de bien amar (1986); De cuerpo impar (1995); Imaginario de Santa Ana (2004) y el reciente Niña del desierto y otros poemas (2010). El CD tomó vigencia nuevamente al ser presentado en la Paranálibro 2011 hace dos meses y en otras presentaciones de los materiales que hace circular Ediciones del Clé. En la placa, el poeta lee El Tren, Cuando baje el Gueleguay, Como un verano, Crónica de la despedida, Testamento Ológrafo, Atardecer en San Ignacio, Los que apuntaron a Giacomo, Elegía por Allegra, Acuérdense de Forclaz, Jardín exótico, Niña del desierto e Imaginario de Santa Ana.
La voz de Federik sintetiza poesía y sentimiento de la Entre Ríos profunda, de imágenes de agua, tierra, historia y leyenda, también de amor y paisaje. Y los versos ponen en evidencia esta densidad temática, estas redes de palabras que tan magistralmente ha logrado constituir a lo largo de sus libros, desde los comienzos de los ´70 cuando comenzó a escribir. Es sin duda uno de los mejores escritores contemporáneos de la literatura provincial y que goza del reconocimiento nacional. Sin ir más lejos, en junio pasado, representó a Entre Ríos junto a Juan Meneguin en el III Festival de Poesía en Buenos Aires, que reúne a las voces calificadas de toda la Argentina. Por eso, porque es rescate de su obra, es presente y vigencia, este CD merece ser compartido con los amantes de la buena poesía.
Conceptos del autor
Federik fue presidente honorario de la última edición de Paranálibro 2011, la feria que convocó a escritores, poetas, libreros y editores, organizada por la SADE Seccional Entre Ríos y el Círculo Médico, a fines de mayo pasado. Allí, el autor oriundo de Villaguay también fue disertante, y en ese marco manifestó algunos conceptos que están en sintonía con el contenido del CD. “Aunque el Siglo XXI, está atravesado por la imagen y los formatos digitales, también muestra la permanencia del libro y su amistad con el hombre. Cada vez que un medio tecnológico aparecía, el primer amenazado fue el libro. Pasó con la televisión, con la radio, con la computadora y las tecnologías digitales. Se creyó que iban a superar a la palabra escrita. Sin embargo no fue así. Y hoy la permanencia del libro está asegurada en tanto que la cabeza lectora del libro son el ojo y el cerebro humano. Todas las otras tecnologías tienen cabezas lectoras que desaparecen, y con ellas han desaparecido, en consecuencia, toda la información que registraban. El libro, en cambio no desaparecerá mientras exista el hombre”, explicó en ese momento.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)