“Patrón” cazó al “Lobo” y quedó ahí de la punta

Durante toda la semana se habló largo y tendido del choque ante los jujeños. Es que en Patronato sabían que sería un partido clave, no porque se tratara de una definición o algo por el estilo, sino que tenía más que ver con saber dónde realmente está parado el equipo que dirige Marcelo Fuentes. Y Patrón, por tercera vez consecutiva en su casa, no falló y demostró una vez más que las estadísticas en cualquier deporte están para romperlas.
El gol que anotó Diego Romero, a los 11 minutos del segundo tiempo, le cortó una racha positiva de 531 minutos sin recibir goles al arco custodiado por Federico Crivelli. El ex Comisión de Actividades Infantiles (CAI) de Comodoro Rivadavia fue el encargado de anotar el empate transitorio y justamente ante el equipo comodorense, pero con Pablo Bangardino como arquero, los jujeños habían recibido su último gol en contra, fue en la 38ª fecha de la temporada pasada. Ese día, Romerito había sido titular en la CAI. Pero esa es otra historia.
Antes el equipo de Salvador Ragusa había callado el reducto enclavado en el barrio Villa Sarmiento de Paraná. Nuevamente la defensa de Patronato se vio sorprendida por una pelota parada, algo que parece extraño con lo bien que se trabaja en ese aspecto, y tuvo que remontar el partido. Pablo Saucedo usufructuó una jugada tan vieja como el fútbol, peinada en el primer palo para que el mediocampista ingresara solo por atrás.
Los goles estaban en el banco
El Rojinegro se fue al descanso abajo en el marcador. El gol de Saucedo cayó como un baldazo de agua fría y posterior a ello no se vio una reacción que permitiera la ilusión.
Sorpresivamente, tras la vuelta del descanso, en el local volvieron los mismos hombres y los primeros minutos fueron un calco de la etapa inicial.
Pero iban seis minutos del complemento cuando Fuentes decidió meter mano en el equipo y mandó a la cancha, de una, a Diego Romero y Daniel Pereira en lugar de Leonardo Acosta y Marcelo Guzmán, respectivamente. El primero fue vital porque la primera pelota que tocó, la mandó a guardar, en lo que significó la igualdad transitoria.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)