Entrevista: el presente de Ernesto Tata Mockert y su militancia por el rock

Un hombre de hierro

Edición
948

Claudio Cañete

Ernesto Tata Mockert se define como un militante de la música, principalmente del rock. Y precisamente todo lo que hizo y hace certifica ese dicho: ya van 27 años de televisión como creador y conductor de Música y Propuestas; de radio casi la misma cantidad, desde cuando comenzó en AM con el mismo programa y además, si se suman los años que lleva conduciendo Sacate la telaraña, por Radio de la Plaza. A esto hay que contar los 18 números de su revista La Rockería, con más de dos años de trayectoria, y las tres temporadas consecutivas del ciclo de rock que lleva por nombre La Rockería también y que se produce como actividad de la Secretaría de Cultura municipal. Y esto no es todo, el año que viene cumplirá 40 años de carrera musical junto a la banda Madrediablo, fue guitarrista de Magma, fue protagonista de la época de oro de la Alternativa Musical Argentina, luego de eso pasó a integrar El Puente, una banda que dirigía su hermano, el célebre tecladista Jorge Mockert.

Como toda persona que realiza cosas infatigablemente, divide aguas: está totalmente comprometido con sus amigos y con los artistas que comparten su criterio de lo que es artístico; y se defiende de quienes lo critican simplemente manteniendo la indiscutida continuidad de todos sus proyectos desde donde se expresa, descubre nuevos valores, rescata la historia de la música y sobre todo, propicia un contexto necesario de discusión estética para las generaciones de músicos que ya están pidiendo pista. Esta breve descripción es la conclusión final después de una charla con este rockero de alma que no busca una cuestión empresarial en sus proyectos, sino que trata de articular un mensaje de militancia artística.

-¿Qué panorama encontrás en el rock local actual? ¿Cuál es el punto criticable?
-En estos momentos, muy poca gente se ocupa seriamente de lo que hace como artista. Lo que hay frecuentemente es esa posición de tener una vida organizada, una ocupación laboral diaria, y durante el fin de semana queda el espacio para lo que se hace artísticamente pero simplemente como hobby. Sin embargo todos te hablan como si fueran un “súper star” del rock o de lo que sea y están dando un hobby. Lo que yo propongo desde hace más de 40 años de carrera es hablar independientemente de ese estado de cosas, estoy hablando de la actitud frente a esto, porque el rock básicamente es actitud. No hablo de música, hablo de tener una mirada sobre la vida, el mundo y sobre nosotros mismos. Ser músico en este marco,no es tocar los ratos libres, ser músico es vivir haciendo música (o militar dentro de ella) más allá de las consecuencias o factores de confort de vida. Pasando en limpio yo tengo una postura distinta y desde mis espacios no digo que yo soy alguien que dice lo que se tiene que hacer, o qué cosa es la correcta. Simplemente trato desde mi experiencia encauzar un ámbito, generar conciencia de que las cosas no se hacen por inercia sino por convicción. Yo como músico ya tuve mis años de escenario; ahora desde la misma mirada, fuera de los escenarios, me propongo impulsar en los artistas que vienen un estado de cosas, de articular una actitud frente a la vida con la de un artista genuino, que no se quede con grabar el disco o hacer la nota, sino que desde lo que hace se proponga a través de sus sueños e ideales modificar las reglas del juego.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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