Causa Hospital Militar de Paraná

En la recta final

Edición
952

Martín Gerlo

El juicio oral y público por la Causa Hospital Militar entró en la recta final. A lo largo de 18 audiencias, en las que declararon 41 testigos, se buscó establecer quiénes fueron los responsables del destino de los hijos mellizos de Raquel Negro, secuestrada el 2 de enero de 1978 en Mar del Plata y trasladada a parir desde Rosario a Paraná en febrero de ese mismo año. Quizá el aporte sobresaliente de este proceso fue dejar al descubierto la complicidad de muchos civiles con la última dictadura; sin ellos, las actividades clandestinas efectuadas hubiesen sido imposibles de llevar a cabo.

Las repercusiones llegaron incluso a las más altas esferas del gobierno entrerriano, que tras la bochornosa reticencia a brindar información mostrada en las declaraciones por los médicos propietarios de Instituto Privado de Pediatría (IPP) decidió separar a Miguel Torrealday del cargo que ocupaba como asesor del Ministerio de Salud.

Por la sala Juan Bautista Alberdi de la Cámara Federal de Apelaciones de la capital provincial pasaron testigos de relevancia, como los periodistas Carlos del Frade y Reynaldo Sietecase. Otros prestaron testimonio mediante videoconferencia, como es el caso de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, el ex detenido Jaime Dri y el periodista y escritor Miguel Bonasso. Junto a ellos, decenas de personas -a pesar de las tres décadas transcurridas- hicieron su aporte a la causa y al esclarecimiento de la verdad. Algunos, por lo que decían; otros, por lo que ocultaban.

Tras los alegatos de las partes y las últimas palabras de los imputados, el presidente del tribunal, Roberto López Arango, dispuso la lectura del compendio de fundamentos y el veredicto para este viernes a las 17. De este modo, culminará el primer juicio oral y público por delitos de lesa humanidad llevado adelante en la provincia, que puso en el banquillo a Juan Daniel Amelong, Pascual Oscar Guerrieri, Walter Salvador Dionisio Pagano, Marino Héctor González, Jorge Fariña y el médico anestesista Juan Antonio Zaccaría.

Las últimas palabras de los imputados

Fariña fue el primero entre quienes se sientan en el banquillo de los acusados en hacer uso de la palabra por última vez en el proceso, ejerciendo el derecho que se les concedió a los imputados. El ex represor afirmó ser “totalmente inocente” de todas las acusaciones y deslizó: “Yo también quisiera saber qué pasó con los mellizos”. A su vez, dijo que nunca impartió órdenes ilegales ni las recibió, y posteriormente se atrevió a citar a Juan Domingo Perón: “La única verdad es la realidad: en el momento de los hechos yo estaba de vacaciones en Mar del Plata”, se defendió. “En caso de ser condenado por estos hechos, se cometerá una injusticia”, remarcó.

Edición Impresa