Luego de denunciar que se arroja y quema basura en la Toma Vieja, recibieron amenazas

El acampe continúa

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Silvio Méndez

Contra algunos pronósticos que le auguraban una vida efímera, propia de ciertos movimientos contemporáneos que reclaman por problemáticas puntuales y acotadas, la asamblea Más Río Menos Termas parece consolidarse silenciosamente. El colectivo ambiental que reúne a distintas organizaciones y vecinos, ha logrado sobrevivir más allá del pico de atención que los medios de comunicación le prestaron casi obligadamente por las acciones e intervenciones públicas que llegaron hasta las mismas puertas de algún canal televisivo regional y periódico oficialista de tirada provincial.

Tras un punto de gran efervescencia, que logró instalar en la agenda de discusión pública los aspectos nocivos del emprendimiento turístico y desnudó la improvisación política a la hora de plantear un proyecto termal oficial para la ciudad en un área natural y espacio público protegido, los asambleístas lograron el gran cometido: frenar el proyecto. El anuncio fue puesto en boca del gobernador Urribarri, luego de que el 7 de agosto pasado recibiera a integrantes de la Asamblea.

El encuentro se dio justo a las puertas de la Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y ante la sombra creciente de una gran marcha por la Toma Vieja que se realizaría en esos días. Tal como habían adelantado los activistas, la movilización partiría desde el mismo camping donde casi heroicamente se mantenía una acampe con un puñado de jóvenes que soportaron las temperaturas invernales más crudas y el hostigamiento de los funcionarios municipales a cargo del lugar. Desde allí mismo, en el fondo del predio, sobre el límite con los campos de la empresa Energía de Entre Ríos Sociedad Anónima (ENERSA), donde en julio estalló el conflicto al detectar las tareas de tala del lugar para instalar el obrador de lo que sería un futuro complejo termal, en una acción criminal en donde una topadora casi pasa por encima a unos ambientalistas que quisieron impedir el desmonte.
Por toda la movida, que incluyó un gran despliegue de difusión de la problemática a través de las redes sociales, junto con medidas de acción directa en la calle, fue que Urribarri y la intendenta Blanca Osuna, anunciaron la rescisión del contrato con la empresa que tenía a su cargo la perforación de la exploración para la explotación termal en la Toma.

Al momento que se diera a conocer la noticia del encuentro, trascendió también la posibilidad de construir allí mismo un parque acuático, para sostener la iniciativa, pero ya no con la objeción de los problemas que acarrea el uso de agua salada extraída a gran profundidad.

(Más información en la revista ANALISIS en su edición del 12 de septiembre de 2013)

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