La explotación estatal a los médicos residentes de hospitales públicos entrerrianos

Esclavos de chaquetilla

Edición
992

Jorge Riani

Son la cara pública del Estado frente a la difícil situación de un ciudadano enfermo, herido, descompensado, desfalleciente, inconciente, sumido en una crisis nerviosa o simplemente con algún malestar físico. Dan la cara a las horas impensadas en que el elefantiásico Estado provincial duerme su letargo, por caso a la madrugada, en feriados o fiestas colectivas. Son profesionales preparados para salvar una vida, son médicos –no estudiantes– que siguen perfeccionando sus conocimientos o formándose en una especialidad. Son los médicos residentes.

En Entre Ríos, un médico residente es un trabajador explotado por el propio Estado. No tienen cobertura sindical, no tienen protección colegiada, no tienen voz ante su negrero empleador público. Si un médico residente es padre, si una médica residente es madre, y deben dejar a sus hijos al cuidado de una niñera, perdería plata. No estarían siquiera cambiando plata; simplemente pierden y pasan a convertirse en profesionales que pagan para trabajar.

Según la escala salarial del personal doméstico, el pago de la categoría más baja es de 39 pesos por hora. Si un médico residente debe contratar a alguien que ayude en su casa, estaría perdiendo, cuando menos, 24 pesos por hora trabajada, porque su paga es sensiblemente menor a la de los domésticos. Es que los médicos residentes cobran 15 pesos por hora.

Las condiciones de trabajo son infrahumanas para los médicos residentes entrerrianos. No llegó a ese sector el estado de bienestar que abrazó a casi toda la clase trabajadora argentina con los dos grandes movimientos políticos que gobernaron el país en el siglo pasado: el peronista y el radical, y que se fraguó también con el aporte socialista en materia de legislación.
Los médicos residentes son profesionales negreados por el Estado. ¿Es para tanto? Repasemos los números para ver si es exagerada la definición.
En Entre Ríos un residente cobra 15 pesos la hora de trabajo, y pueden llegar a trabajar hasta 350 horas al mes. De bolsillo, con los descuentos, un médico residente cobra 4.800 pesos por mes. Sustancialmente menos que lo que cobra un residente de otra provincia.

(Más información en la revista ANALISIS en su edición del 12 de septiembre de 2013)

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