El destacado escritor victoriense murió a los 81 años

El adiós al maestro Carlos Sforza

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1014

Pablo Javier Canavelli

No voy a decir que lo conocí de toda la vida. Por supuesto que había escuchado muchas historias de él y había leído algunos de sus tantísimos trabajos, como “Los cuentos del Astrólogo”, o “La Guerra de los Huesos”. Pero mi relación con don Carlos Sforza comenzó a ser más fluida a partir de algunas conversaciones previas a las elecciones de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) Filial Entre Ríos, en agosto de 2013. A partir de ese momento, en que nos acompañó muy cálidamente, y de su participación en la Feria del Libro de la ciudad de Paraná, ese mismo año, tuve el honor de compartir inolvidables momentos y charlas junto a otros grandes como Elsa Serur, Eise Osman y Adolfo Golz.

Carlos Sforza supo dirigir la SADE en dos períodos en los cuales dejó marcados una impronta de reivindicación de la tarea y los derechos de los escritores; hoy nos vemos obligados a trabajar arduamente para sostener lo logrado y no permitir que se pierda aquello que supieron adquirir con luchas difíciles y no poco tesón. Será por eso que en su despedida fuera notoria la ausencia de funcionarios provinciales, que se llenan la boca sobre la construcción de la identidad de un pueblo, pero son incapaces de tolerar la disidencia y reconocer los méritos a pesar de ella.

Carlos Sforza no fue un escritor más en nuestra provincia. No, decididamente no. Carlos Sforza fue reconocido con el premio más importante de la provincia, el premio Fray Mocho, por su ensayo “Luis Gorosito Heredia y su catarsis fluvial" y merecedor dos veces de la Faja de Honor que entrega la SADE Central por sus trabajos "Luis Gorosito Heredia y su catarsis fluvial" y "Cuentos de La Matanza". Además fue miembro de la Academia Argentina del Lunfardo y congresal en reiteradas oportunidades del Congreso Argentino de las Letras.

(más información en la edición gráfica de ANALISIS del jueves 27 de noviembre de 2014)

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