Un hospital a la deriva

J.R.
Es un hospital enorme. Sobresale en la urbanidad circundante y algunos afirman que es sólo una expresión de lo que se proyectó, de lo que soñó. En la zona de los cuarteles de Paraná, la mole colorida llamada Hospital del Bicentenario “Teresa Ratto” atiende en sus consultorios externos a gente que antes acudía al hospital San Martín. No se trata de la única transferencia de un nosocomio a otro: también una significativa cantidad de médicos se fueron del viejo hospital al nuevo. El motivo es sencillo: los profesionales cobran casi tres veces más en el nuevo establecimiento. Como el hospital funciona bajo la órbita de una empresa con componentes estatales, se genera la convivencia de dos sistemas, con sueldos distintos, regímenes diferentes y con –dicen desde el Ministerio de Salud– alguna ausencia en los protocolos de calidad en el nuevo hospital, aunque se trata sólo de cuestiones administrativas y no de práctica. Pero el problema de fondo es otro: en este momento no hay quien se haga cargo administrativamente del nuevo hospital.
Cuentan que en diciembre pasado, cuando el tarifazo eléctrico aún no había inflado las boletas de la luz, el nuevo hospital de Paraná intentó pasar por mesa de entrada al Ministerio de Salud una boleta por 50 mil pesos. Desde la cartera de Salud se negaron a cancelarla, la devolvieron y entonces el nuevo hospital tuvo que desembolsar el dinero para pagar.
Las fuentes consultadas por ANÁLISIS dan cuenta de que hoy la tarifa podría triplicar esa suma. En cualquier caso, lo que se muestra es que el hospital nuevo irrumpió en la escena de la salud pública con mucho empuje, pero que ahora ni el PAMI, ni la Provincia se termina de hacer cargo.
(Más información en la edición gráfica número 1038 de la revista ANALISIS del jueves 21 de abril de 2016)