El reportaje impertinente a Guillermo Alfieri, periodista

“Cuando mejor sea el periodista, menos dócil va a ser”

Edición
1040

Claudia Martínez
(Especial para ANÁLISIS)

La Bajada de los Vascos es mágica. Y el marco que da la profusa biblioteca de un periodista como Alfieri, le otorga más magia a ese lugar enclavado en el Parque Urquiza. Guillermo Alberto Alfieri es periodista, dice su biografía, y ejerció el oficio en varios diarios del país, entre ellos “El Independiente” de La Rioja, “El Diario” de Paraná, “La Voz” de Buenos Aires, “El Pueblo” de Villaguay, y en la Agencia DyN. Hizo radio y televisión y sus Crónicas del Claroscuro son emblemáticas.

Cuenta que desde 1985 hasta marzo de 2012 fue docente en la carrera de Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Sus cátedras eran siempre numerosas.Desde enero del `81 está en Paraná, su lugar, su casa, su espacio y su vida

—¿Cuándo te jubilaste?
—Me jubilé en el 2001, pero trabajé en relación de dependencia hasta 2011. Vos te jubilabas y si seguías, seguías trabajando por contrato. Ahora hay una norma que es más terminante. Ahora un docente se jubila a los 65 años y puede estar en la universidad hasta los 70. Y podes estar hasta que salga la jubilación. Yo seguí.

—¿Qué cambio notaste en tus clases de los últimos años con respecto a los jóvenes, a la tecnología?
—Lo percibía con unas competencias y saberes menores, y en condiciones de entrar en el ámbito universitario con todas sus dificultades, con lecturas y asimilar conceptos teóricos sobre todo con mayor dificultad. Eso fue en declive. Yo entré en el `85 a la Universidad. Un día, conversando con los compañeros docentes, llegamos a la conclusión de que, en definitiva, de los que entraban o ibas recibiendo, de esos iba a quedar solamente un 15 por ciento. Esos eran realmente los que estaban interesados y los que iban a llegar al final. Ese porcentaje fue cayendo. Al final, en el 2011, se podía suponer que uno trabajaba para un 6 o 7 por ciento.

—¿Esto te desanimaba?
—No, porque te animaban los buenos. Los buenos no son un problema. En la medida que tuviese ese grupo; además uno está en la obligación de tirar parejo para todos.

—Y de los periodistas que vos formaste antes y los que formaste en este último tramo, ¿son más o menos osados?
—El que sale y se recibe depende de la especialización que hizo, algunos han hecho imagen, otros han hecho audio. No todos eran para hacer periodismo. Eso depende del ámbito en el que van a trabajar, radio, tv o gráfica. En general lo que percibo, y esto es consecuencia de las nuevas tecnologías, antes en las redacciones se trabajaba más en scrum. Había más conversaciones, más intercambios, más peleas, pero siempre eran más animadas, más ardientes. Ahora las redacciones son más tabicadas. Si yo tuviese a cargo una redacción, en alguno momento del día les haría desenchufar todo para que charlen, salgan a la calle, etcétera.

(Más información en la edición gráfica número 1040 de ANALISIS del 2 de junio de 2016)

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