Jeremías Bourbotte, paranaense becado a Italia por la Universidad Nacional del Litoral

“Amo enseñar y quisiera ser docente”

Edición
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Paula Osti

“Wilcock fue un escritorneorromántico de la generación del '40 y un excelente traductor, le debemos la edición en español de los “Cuatro Cuartetos” de Eliot y algunas novelas de Graham Greene. Como estaba algo loco, se fue por razones políticas y personales del país en 1959 y se instaló en Italia donde decidió traducir su obra en español y empezar a escribir en italiano. Yo estoy estudiando cómo las editoriales italianas y él mismo comenzaron un juego de ediciones y traducciones”, indica Jeremías.

—¿Por qué elegiste estudiar este escritor?
—Elegí este escritor no tanto porque me resultara interesante su obra como por los problemas relacionados con la traducción que abre la misma. Leyéndolo, poco a poco encontré relaciones inusitadas con otros autores, como Aira o Copi que son interesantes para profundizar. Tiene además algunos poemas notables y una narrativa muy rara para el contexto argentino e italiano. Esas "rarezas" son parte de toda una estrategia de escritura, me abrió muchas preguntas acerca de nuestra tradición literaria.

—¿En qué consiste la investigación?
—Mi trabajo sobre Wilcock consiste en analizar de qué forma editoriales italianas, así como su propio ejercicio de traducción, permitieron la circulación de sus textos en el ámbito italiano; y cómo, tras el silencio de unos años, se han recuperado en Argentina los textos italianos que escribió durante su estadía, entre 1960 y 1980,a través de traductores como Piro y Montequin y la iniciativa de Sudamericana, entre otras editoriales. Eso me permite aventurar algunas ideas acerca de cómo la traducción ordenaría para adelante y para atrás una tradición. Por otra parte,Wilcock escribió de todo: poesía, ensayo, teatro, novelas... fue amigo y colaborador del grupo Sur en su juventud, admirado y despreciado por Borges y cía.También se lo está estudiando en relación a las narrativas "migrantes", como la de Navokov.
Respecto de Wilcock, Jeremías comenta que era un poco excéntrico en cuanto a sus comportamientos, ya que resaltaba todo el tiempo su condición de europeo y despreciaba todos los comentarios que cayeran en el lugar común, por lo que se lo tildó de snob y presuntuoso, parte de la imagen que él quiso legar a nuestro tiempo.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del jueves 16 de junio de 2016)

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