Brindo, por fin, por la vuelta

Por Camila Fernández
Brindo, por fin, por la vuelta. Así reza “Por la vuelta”, una de las canciones del último álbum de estudio de Pedro Aznar, Contraluz, trabajo que estará presentando en el Teatro Municipal 3 de Febrero el viernes 12 de mayo a las 21. Por suerte, dice el público que ya acostumbra a encontrarse con el músico en los escenarios de la ciudad y que siempre queda a la expectativa de su regreso.
Brindemos todos entonces. Aunque “Por la vuelta” hable, probablemente, de un momento en la trayectoria de este músico prolífico que vive en la búsqueda incesante y que no deja de sorprender con cada nuevo trabajo. Aznar, ese músico siempre joven, desde SerúGirán a estos días, ya lleva 19 discos editados; un artista mayor del rock nacional, único en su especie, que nos mantiene a la espera de lo que viene y que no obstante perdura con una singular coherencia reflexiva, con esa manía por hacer preguntas que nos ponen de frente a lo que incomoda y nos conmueve. Aznar nos cuenta historias que podrían ser las de cualquier hombre, pero va hasta el fondo del asunto. Quien lo ha visto en escena sabe que después del show a veces no hay palabras que decir,porquese hace inevitable caminarun poco en silencio y conversarsólo con el pensamiento.
Contraluz es un disco que en 13 obras propias transita una renovada apuesta por la fusión entre el rock y la música de raíz latinoamericana: una ranchera, un festejo afroperuano, un bolero-tango y una canción de corte medieval conviven con una estética contemporánea que va del metal a la balada rock, del pop a la electrónica.En su poesía también aborda una temática amplia y diversa: el milagro de la vida en tiempos furiosamente rápidos, el dolor de la despedida, los espejismos del deseo, los triángulos amorosos, los desafíos de la madurez, la embriaguez del enamoramiento y la incógnita que plantea el avance vertiginoso de la creación de la inteligencia artificial.
Compuesto en Buenos Aires, Mar de las Pampas y San Francisco, California, cuenta con la participación especial de la Orquesta Kashmir y la legendaria cantante cubana OmaraPortuondo.
Fue grabado en los estudios Romaphonic y Marina Sound, y post procesado en NomadeMix, Buenos Aires. La ingeniería de grabación y mezcla estuvo a cargo de Ariel Lavigna y Pedro, y lamasterización, de Andrés Mayo. El diseño de arte fue realizado por Alejandro Ros, con fotografías tomadas por Pedro.
—¿Cuál es el concepto de Contraluz? ¿Hay algo que estamos viendo a contraluz?
—Vemos el mundo a través de quienes somos y de lo que anhelamos, nunca la mirada es neutral. Cuando esa percepción parcial se maximiza, pasamos a estar en un limbo con poca conexión con la realidad, aunque tampoco existe tal cosa, de una manera inequívoca y tajante. De eso habla la canción Contraluz: de las proyecciones que hacemos, de cómo construimos nuestra propia película para adaptarla a nuestros deseos y necesidades, hasta el punto en que un día podemos haber perdido toda objetividad. La elegí para darle título al disco porque esa idea ronda en varias de las músicas, y porque es un concepto fuerte, neto, potente.
(Más información en la edición número 1058 de la revista ANALISIS del jueves 11 de mayo de 2017)