Jugar con la mirada

Por F.K.
—¿Qué pasó con Carla Felicidad?
—Carla Felicidad viene más del diseño. Empezó como una marca para los muñecos o los pequeños dibujos que yo hacía. Para vender esos objetos tenía que encontrar una marca, y como yo soy una persona feliz elegí ese nombre. Tengo un hijo, una casa, un trabajo que es lo que amo hacer,eso me hace una persona completa, feliz. Después pasó que cuando me presentaba a concursos tenía que estar mi nombre real, que es el que después aparece en los catálogos. Terminé teniendo doble personalidad. Me tuve que volver a Carla Brugo pero extraño un montón a Carla Felicidad.
—¿Cómo fueron los primeros dibujos que hiciste de niña?
—Justo ahora mandé un proyecto para una beca relacionado con eso. Estaba en la casa de mi mamá y encontré un álbum de fotos donde había unos dibujos que ella había guardado. Mi abuelo dibujaba y yo le copiaba. Son autorretratos infantiles. Fue algo extraño porque fueron mis inicios. Eso sumado a la relación con mi abuelo, que es alguien a quien sigo extrañando aunque falleció cuando yo tenía 11 años, encontrar esos dibujos con élfue increíble porque es un momento que me lleva a ser niña otra vez.
—Me parece que hay una tendencia actual muy acentuada de revisar los territorios de la infancia, los recuerdos mínimos de cada uno…
—Sí… hay algo del arte contemporáneo del cual yo reniego un poco que es esto de irse en la búsqueda de la explicación. Yo me guío por la intuición. Acá no hay una revisión de la historia, se me cruzaron estos dibujos y me transformaron. Trato de no hacer tantos planteos ni de describir tanto el por qué. Es como un juego, es intuitivo. Ahora todo es arte conceptual y yo no voy por ese lado. Después, tal vez, en el hacer aparece el concepto, pero eso va saliendo después de la intuición.
(más información en la edición número 1064 de la revista ANALISIS del jueves 10 de agosto de 2017)