“Los abusos eclesiásticos son un plan sistemático”

Natalia Buiatti
El juicio al cura Juan Diego Escobar Gaviria es el primero de tres procesos por Abuso Sexual Infantil (ASI) contra religiosos en la provincia. Es una instancia importante y sentará un precedente en el Poder Judicial entrerriano. El debate comenzó el martes del peor modo para el colombiano, porque la audiencia se abrió con una novedad: se introdujeron nuevos testimonios en contra del religioso. La prueba ofrecida por la Fiscalía que representa Federico Uriburu implica además, que se inicie un nuevo proceso por Promoción a la corrupción agravada.
Es decir, Escobar Gaviria, el cura “sanador” que usufructuó durante 11 años a la pequeña comunidad entrerriana de Lucas González, porque explotó e hizo crecer su figura desde allí, inició el debate oral con cuatro denuncias en su contra: tres por Promoción a la corrupción agravada de menores y una por abuso sexual agravado. Lo que empeoró los delitos fue su condición de guardador, por ser el encargado de la Parroquia San Lucas Evangelista y aprovecharse de sus monaguillos y la vulnerabilidad que los atraviesa, en principio, por la minoría de edad.
A eso se sumó el martes una quinta denuncia que irá por carriles separados, en otro proceso judicial. En ese sentido, la investigación penal está por comenzar, para dilucidar qué pasó con ese otro joven. Sin embargo, ese menor que aún tiene 17 años y su mamá, también aportaron su testimonio en el juicio actual contra el cura, como testigos de lo que le ocurrió a Alexis Endrizzi, la única víctima que cumplió la mayoría de edad.
En este contexto llegó Liliana Rodríguez a la provincia. La psicóloga de La Plata recaló específicamente en Gualeguay, donde los jueces María Angélica Pivas, Darío Crespo y Roberto Cárdenas dirigen el debate. La mujer es integrante de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico en Argentina y dialogó con este medio.
El fin de la soledad
“Hace aproximadamente tres años que nació la red, a partir de los recuerdos que le vinieron a la consciencia a Julieta Añasco que es una sobreviviente de abuso cuando era una niña por parte de un cura de La Plata. Julieta tomó contacto con otras personas sobrevivientes y eso fue la semilla de esta red, que está conformada por sobrevivientes adultos, mujeres y varones, y algunas madres de menores. El grupo está diseminadopor todo el país, porque esta situación explotó. Algunos actualmente viven en el exterior, más allá de que los delitos fueron cometidos por curas o monjas en Argentina”, contó Rodríguez.
La red de víctimas de abuso eclesiástico funciona, básicamente, a través de redes sociales por la extensión del país. “Nuestros contactos son permanentes y diarios a través de whatsapp o a través de Facebook, donde toman contacto muchas personas diariamente. La página es Red de Abuso Sexual Eclesiástico en Argentina. Se contactan con nosotros personas que nunca se animaron a hablar con nadie, o que saben de otra persona que fue abusada, o que ya están con una denuncia en marcha”, resumió sobre el funcionamiento del grupo.
(Más información en la edición gráfica número 1065 de la revista ANALISIS del jueves 24 de agosto de 2017)