El ímpetu del Museo de Bellas Artes

Por F.K.
—Hasta el 1º de octubre puede visitarse la nueva muestra del museo, Fundacional. ¿De dónde viene la propuesta del rescate del propio patrimonio?
—Nace de una idea del profesor de Historia del Arte, Walter Musich, y de Karen Spahn, que forma parte del equipo del museo, sobreel interés que ellos tenían por generar investigación sobre el patrimonio del museo, específicamente sobre el inicio de la colección del museo, de 1925 hasta 1935. De allí el nombre de la muestra, Fundacional. Nos pareció muy interesante, porque nunca se ha hecho investigación sobre el patrimonio del museo, que es de más de 1500 obras. Es una muestra que está pensada para contar cómo fueron los modos de ingreso de las obras, que fueron cuatro. El primero y el más importante es un envío de 40 obras que hace el Museo Nacional de Bellas Artes en 1925, como préstamo, que era parte de una política general de ese momento que tenía la Presidencia de Marcelo T.de Alvear, que consistía en enviar conjuntos de obras a distintos puntos del país para alentar la creación de museos provinciales. Así nacieron el nuestro, el Rosa Galisteo, el Caraffa, el de La Plata. Ese préstamo aún está en el museo y algunas de sus obras están expuestas ahora.
—¿Nunca se devolvieron?
—Cada uno de estos préstamos sigue estando en los museos. El segundo modo de ingreso fue la compra directa de obras que hizo el gobierno de la provincia de aquel entonces. El tercero fue el Primer Salón de Artistas Plásticos, de 1930, que en ese momento era nacional y los premios adquisición formaron parte de la incipiente colección del museo. Finalmente, las donaciones que se produjeron una vez fallecido el doctor Pedro Martínez, fundador de nuestro museo, gracias a sus herederos que decidieron que una buena parte de la colección personal formara parte del patrimonio de todos los entrerrianos. La investigación de esta muestra surge de una base documental y es un trabajo que está en curso porque la segunda parte buscará la interpretación y la reflexión sobre estas obras y autores. Yo les pedí que para esta muestra hicieran un corte histórico, para mostrar los procesos de investigación que también llevan su tiempo por el trabajo metodológico que necesita y me interesaba ir mostrando distintos pasos.Por eso la exposición también es documental, a través de objetos y documentosque muestran una época. Lo más interesante desde nuestro punto de vista es cómo abordamos el patrimonio y para qué, qué tipo de interpretación podemos hacer, desde el presente, del pasado que nos constituye. Que no sea una mera acumulación de piezas sino ver cómo podemos redimensionar el patrimonio.
—Después de pensar en esta muestra con este recorte histórico, ¿cómo sigue el recorrido por el patrimonio?
—No sé si seguirá desde una lectura lineal pero hay una propuesta para trabajar las obras del patrimonio de entre guerras y, para el año que viene, queremos realizar una investigación sobre el resultado de los salones desde 1975 a la vuelta a la democracia.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS del 21 de septiembre de 2017)