Irregularidades en la rendición de fondos destinados a las escuelas

En escala pequeña

Edición
1070

Natalia Buiatti

El presupuesto sobre educación creció a nivel nacional en la última década. La porción del Producto Bruto Interno (PBI) destinado al sistema educativo fue ganando terreno con el paso de los años. Eso se tradujo en recomposiciones salariales, programas y planes que fueron desde financiamiento en infraestructura hasta la adquisición masiva de netbooks, software, becas y equipamiento.

Un informe de Juan Doberti -doctor en Ciencias Económicas, docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y especialista en administración y economía de la educación-, sostiene que más del 90 por ciento del presupuesto educativo que se ejecuta en las provincias argentinas y CABA se destina a salarios. “El restante 8,1 por ciento se dedica a infraestructura, equipamiento, servicios públicos y ayudas sociales. Esta situación implica una priorización del componente remuneratorio en desmedro de los otros gastos que redunda en materiales didácticos inadecuados, desactualización tecnológica y condiciones de enseñanza que no son óptimas”, evaluó el especialista en la publicación.

Esas decisiones políticas a nivel nacional sobre la inversión educativa no fueron ajenas en Entre Ríos. Casi la totalidad del dinero destinado a la educación en la provincia se va en sueldos. Pero a esto hay que agregarle otro condimento: los niveles de recursos públicos destinados a programas o planes que apuntaban a la inclusión educativa, a combatir la deserción y a la adquisición de equipamiento tecnológico, entre otros ítems, comenzaron a decrecer en 2016 y continuaron en baja durante 2017.

Goteo

En este contexto estadístico, en los últimos años se dieron situaciones irregulares a pequeña escala. En escuelas entrerrianas, las partidas nacionales o provinciales destinadas a, por ejemplo, mobiliario y refacciones menores no fueron rendidas como corresponde por los directivos. La situación irregular se dio como un goteo, como si el escaso dinero público que llegó a algunas escuelas se hubiera licuado.

(Más información en la edición gráfica número 1070 de la revista ANALISIS del 9 de noviembre de 2017)

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