Lo que Mariano Moreno nos legó

Azotes al periodismo en tiempos de fake news

Edición
1079

Silvio Méndez

En tiempos no muy lejanos, en la jerga de prensa se la denominaba “pescado podrido”. Era la información falaz o engañosa que por error, impericia o mala fe era echada a rodar como parte de una noticia con el fin de embaucar o perjudicar. Si no había intencionalidad, la primera víctima del “pescado podrido” era el mismo periodista, que muchas veces oficiaba de nexo entre esa mentira con el público consumidor de información. Por no tomar los recaudos que se deben practicar en el oficio para chequear las fuentes o los datos que se utilizan como insumo, el trabajador de prensa podía caer también en el engaño. Pero hoy día, en tiempos de internet y redes sociales, la generación noticiosa no es patrimonio exclusivo de los periodistas, ni se produce exclusivamente en medios profesionales cuya empresa y cometido es ofrecer en el mercado noticias confiables. La búsqueda de información fidedigna en un tráfico caótico y vertiginoso que imponen las plataformas digitales se ha tornado una tarea más compleja y no tan sencilla de resolver. Asimismo, la velocidad y alcance que puede adquirir una noticia falsa en internet o las redes sociales, junto con el daño que puede sobrellevar, muchas veces no puede ser contrarrestado o neutralizado con una rectificación o aclaratoria; ni tan siquiera usando los mismos medios. Tanto es así que en casos recientes de resonancia mundial se sugiere inclusive que el impacto de estas fake news pudo haber incidido desde el triunfo del Brexit en el Reino Unido hasta en la última elección presidencial en los Estados Unidos.
Tal relevancia ha adquirido el problema que el pasado 3 de mayo, en oportunidad de celebrarse el Día Mundial de la Libertad
de Prensa, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) lanzó una campaña nacional contra las noticias falsas. “El foco de la campaña es la defensa del periodismo profesional como el mejor antídoto contra las noticias falsas”, se bregó, al tiempo que la Asociación que nuclea unas 200 empresas de medios en el país reclamó “que las redes sociales y los buscadores no confundan la información periodística de calidad -que cuenta con la figura del editor responsable-, con la propalación de noticias falsas, el anonimato y la difamación, que alimentan la violencia y hasta alteran procesos políticos”.

(Más información en la edición gráfica número 1079 de la revista ANALISIS del jueves 7 de junio de 2018)

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