Deportes tras las rejas

En Internet aparecen varios informes sobre actividades vinculadas al deporte desarrolladas en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná, sobre todo en relación al fútbol.
Hasta 2000 funciono un equipo llamado Los Galácticos, dirigido por el capellán de la cárcel. El sacerdote, apostando a la recuperación de los internos y al desarrollo de la actividad física, logró que el equipo se formara y jugara varios encuentros. Para algunos de los partidos, se integraron guardicárceles a los equipos. En ocasiones, se sumaron trabajadores de Canal Once de Paraná y también internos de otras prisiones de la provincia.
En la actualidad, los internos practican este deporte en la hora diaria de recreación, fuertemente custodiados por guardias armados, sin equipos constituidos, sino formaciones que se arman sobre la marcha
La cárcel de varonescuenta con una amplia instalación, una cancha de futbol y unos cuantos talleres: mecánica, carpintería, colchonería herrería, zapatería que en un momento fabricaba el calzado para la Policía de Entre Ríos, entre otros.
Los cupos para cursar las distintas actividades son amplios y llegan al 70 por ciento de la población, además de las actividades de extensión de varias facultades -entre ellas la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y la Universidad Autonónoma de Entre Ríos (Uader)- más la escuela secundaria y primaria. En general, hay posibilidades de hacer alguna de estas actividades y formarse en un oficio o estudiar alguna carrera. Pero esto depende exclusivamente del entusiasmo con que el preso lo tomey que reconozca que podría mejorar su vida.
De la observación y las entrevistas con los internos, surge que son muchos los que no han terminado la escuela primaria. Muchos terminan de cursar allí, en la escuela que funciona dentro del penal, en clases impartidas desde el Consejo General de Educación (CGE), en articulación con el Servicio Penitenciario.
En el ámbito de la escuela, el encargado de la seguridad es un agente penitenciario, pero desarrolla su actividad sin uniforme, para no generar un ambiente de tensión. Cuentan con un código de convivencia muy flexiblepara garantizar la escolaridad, según establece la Ley de Educación en relación a los contextos de encierro.
En general, la escuela les otorga a los presos determinado confort y asisten con ganas tanto a las clases de las distintas materias, como a las de educación física. Y el cursado les da la posibilidad de estar varias horas fuera de los pabellones y de acercarse a los beneficios de salida anticipada.
Las clases teóricas presentan un nivel bastante elevado en comparación con el bajo grado de escolaridad de muchos internos. Se hace evidente el entusiasmo de la profesora María Gorello por transmitirles la mayor cantidad de contenidos posible. Pero en la práctica, se dificulta ya que el espacio físico con el que cuentan es el salón de usos múltiples, que en ocasiones está ocupado por otras actividades, y el playón deportivo con el que contaban se encuentra deteriorado y es depósito de contenedores de basura.
Deportes en la cárcel de mujeres
De las internas entrevistadas, el 90 por ciento afirma medicarse para poder conciliar el sueño. Pero, en cambio, pueden prescindir de las pastillas luego de hacer actividad física.
La mayoría no pudo cursar estudios primarios y secundarios y aprovechan la oportunidad que les brindan las clases en el penal, además de traer aparejados beneficios en torno a la posibilidad de las salidas.
(Más información en la edición gráfica número 1091 de la revista ANALISIS del jueves 6 de diciembre de 2018)