Riesgos que matan: los peligros de las conexiones ilegales o defectuosas

Por Ayelen Waigandt
wafis1313@hotmail.com
La trágica muerte de un hombre y su hijo de 13 años en una vivienda de Paraná generó gran conmoción, especialmente por lo absurdo de una situación que era prevenible y evitable. Cuando llega el invierno se replican las recomendaciones para evitar los riesgos que genera la inhalación de monóxido de carbono (CO), pero todos los años los casos se repiten.
El CO es un gas venenoso incoloro, inoloro e insípido que tiene la particularidad de combinarse con la sangre más rápido que el oxígeno: el cuerpo humano absorbe primero el monóxido de carbono y la persona muere asfixiada rápidamente. El CO arrastra una trágica y ascendente estadística en Argentina. Según datos del Ministerio de Salud, en 2017 se contabilizaron más de 900 intoxicados y en 2018 hubo más de mil afectados por este gas mortal. Según las cifras oficiales, el CO mata a unas 200 personas por año.
No obstante, desde la empresa Redengas que provee del servicio de gas natural a 60.000 usuarios de la capital provincial resaltan que “se cuentan pocos casos tan graves” como el ocurrido el domingo pasado.“No han sido más de tres o cuatro en los 25 años de servicio que tiene la empresa”, especificó el gerente de la compañía, Mario Luna, quien admitió ante ANALISIS que “el problema es un poco más frecuente en ciudades más grandes, donde hay redes de más antigüedad, con instalaciones viejas y sin controles; pero no es así en Paraná donde el servicio es relativamente nuevo”.
Es importante saber que el simple hecho de prender una hornalla, una cocina, un hogar a leña, o cualquier combustible que se queme, consume oxígeno y se debe prestar especial cuidado a la ventilación.
Toda combustión de los artefactos domésticos toma oxígeno del airey produce gases tóxicos: los de cámara cerrada o tiro balanceado toman oxígeno del aire proveniente del exterior, con lo cual no vician el aire del ambiente donde están instalados. Los de cámara abierta toman el oxígeno del aire del mismo ambiente donde se ubican, por eso en estos casos se pide la colocación de una rejilla en la pared que tiene la función de renovar el aire. Además todo artefacto debe tener un sistema de eliminación de los gases.
La vivienda donde se produjeron las muertes tenía una conexión de gas natural y su instalación se había inspeccionado y conectado a fines de 2011 – principios de 2012. “Estaba correctamente habilitada y funcionó sin inconvenientes hasta ahora, pero el problema fue un calefón. Estos artefactos tienen un sistema para evacuar los gases de la combustión que se lo habían retirado –no se sabe cuándo ni porqué motivo- y al no contar con ese sistema quedaban todos los restos de la combustión dentro del ambiente”, confirmó Luna.
“Si bien el técnico de la empresa que revisó la vivienda no pudo verificar si había rejillas de ventilación, el problema fue que el calefón no tenía el tiraje; es decir que por más que hubiera rejillas, la combustión de igual modo quedaba en el ambiente y eso es más que suficiente para causar una tragedia”, sentenció.
(Más información en la edición gráfica número 1096 de la revista ANALISIS del jueves 16 de mayo de 2019)