El salvavidas para el ex

Daniel Enz
Para muchos hombres del bordetismo fue lo más parecido a un alivio. Obviamente que nadie lo reconocerá nunca públicamente, pero que el exgobernador Sergio Urribarri haya sido destinado a casi 14 mil kilómetros de distancia de Entre Ríos, en el Estado de Israel, fue una decisión que se celebró puertas adentro de la Casa Gris. “Lejos, es lo mejor”, se dijo una y otra vez.
Después de sus frustrados intentos de ser ministro, secretario o subsecretario de Estado, Urribarri tuvo que resignarse al mensaje que le hicieron llegar: “para vos, solamente puede haber una Embajada”. Y le acotaron: “olvídate que tu hijo Mauro pueda ir a la CTM (Comisión Técnica Mixta, con Urribarri hacía varias semanas que prácticamente estaba instalado en los pasillos de la Cancillería Argentina, que conduce el exgobernador Felipe Solá, con quien nunca tuvo buenas relaciones, más allá de las formalidades. Urribarri pidió primero por la Embajada en Uruguay, pero no le hicieron lugar. Reclamó luego por la sede argentina en Asunción -donde las vinculaciones de su amigo, socio y testaferro, Diego Armando Cardona Herreros, también imputado por la justicia entrerriana, por los negocios que precisamente hizo con el urribarrismo-, pero tampoco quiso Solá. “Lo más cercano que tenemos para vos es Perú o Colombia. Vos elegís”, le indicaron. Urribarri no se conformó con ello. Por la distancia y por el escaso margen de incidencia que podía tener.
Algunos voceros del albertismo no dudaron en remarcar a ANÁLISIS que quien incidió finalmente fue Cristina Fernández, en función de la “buena relación” que hizo en los últimos años con Urribarri. Ordenó que no se le diera una Embajada de “premio consuelo”, sino un país con cierta preponderancia. Por eso fue que se optó por ofrecerle el Estado de Israel, más allá de su desconocimiento del idioma y de las casi nulas relaciones con dicho país. La Embajada de Israel está considerada en el segundo lote de importancia. En el primer grupo están las de Estados Unidos, Brasil, España y México; en el segundo escalón se ubican China, Rusia e Israel. En los últimos años -y en particular en la administración de Mauricio Macri- se afianzaron los negocios de armas, software y aquellos vinculados con la producción agropecuaria.
(Más información en la edición gráfica número 1110 de la revista ANALISIS del jueves 19 de diciembre de 2019)