Entrevista/ Germán Yujnovsky, artista plástico, ajedrecista y psicólogo

“Me sirven muchas cosas del ajedrez, la pintura y la literatura para entender el pensamiento”

Edición
1123

Sofía Arnaudín

Se define como “un apasionado del ajedrez”. Es por eso que junto a Francesco Pesuto y Gabriel Brizuela emprendieron una serie de talleres, en La Alianza Francesa de Paraná; lugar que adoptó hace doce años para fundirse con las luces del día. En diálogo con ANÁLISIS, Germán Yujnovsky cuenta sus inicios en los tableros; la pintura, la psicología; sus años en España; la vuelta; el Ajedrez que siempre viene al rescate en una vida en espontáneos.

Desde su regreso de Alicante, España, hace doce años, la sede de la Alianza Francesa en Paraná es su hábitat natural. En la vieja casona de calle Andrés Pazos 156 se encuentra su taller, donde da clases de pintura. Para llegar a él sólo hay que seguir las marcas en la pared; cientos de pinceladas de colores marcan la trayectoria donde sucede este encuentro. Pero antes de todo, la galería, la luz, los salones. Germán abre cada puerta y explica cómo sucede cada secuencia del taller como si estuviéramos sobre el tablero. Explica los protocolos y se entusiasma diciendo que el taller va bien, que la gente está contenta, que quieren generar muchas otras cosas “Gracias a Gambito de Dama (serie de Netflix sobre ajedrez) y la pandemia, que le dieron un boom altísimo. Cosa más noble que el ajedrez…”, reza.

Habla de sus compañeros con admiración, y con modestia de sí mismo: “El Gabo (Gabriel Brizuela) es profesor de piano en la Escuela de Música “Prof. Constancio Carminio”; fue profe de Ajedrez en Córdoba; está en el programa de Ajedrez de las cárceles. El Fracha (Francesco Pesuto) da en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Y yo estuve cuatro años a full, de los 17 años hasta los 21, pero empecé a estudiar psicología; mi futuro con el Ajedrez era lo que es ahora: aprender a disfrutar el juego. Después empecé a pintar ¿Por qué? No sé, quizás porque quise ser escritor y no pude. Ahora hago libros, pero con pinturas, también”, ríe de sí mismo, Germán Yujnovsky, sentado en su taller, mientras la luz del ventanal le chorrea por la espalda.

-¿Cómo nace tu vínculo con la Alianza Francesa?

-Cuando volví de España. Apenas llegué me metí a Máxima expresión (espacio de arte y diseño) con Águeda Guarneri y Fernando Miguez; a la semana tenía un taller con catorce alumnos. Después me vine para acá, por una señora, Avelina Raimundo, que me insistió para que ponga mi taller en la Alianza Francesa; eso fue hace doce años. Con el tema pintura hemos hecho de todo, pero con Ajedrez, nunca.

-Pintura y Ajedrez ¿por qué?

-Ajedrez empecé de grande, a los 17 años, con Alejandro Iglesias y Gustavo Vitali; este último me enseñó a mover las piezas. En ese momento estaba “Gurises de Ajedrez”, que era una asociación que hicieron ellos. Los ’90 fue una época dorada, juntaron un montón de chicos en varios clubes. Alejandro era como un hermano para mí; viajamos para todos lados con el ajedrez. En ese momento Clarín hizo un torneo, acá en Paraná, que fue uno de los más grandes que se hizo en la provincia y vinieron los mejores jugadores del país. Yo había terminado la secundaria y no había empezado ninguna carrera todavía, así que me la pasé organizando los torneos con Alejandro. Entonces no sólo aprendí el juego, aprendí el valor de la amistad. Por eso me considero un apasionado del ajedrez.

-¿Y la pintura?

-No sé, era la pintura y después todo lo demás, incluso yo mismo; me dediqué a full. Fueron como 20 años. Viajé muchísimo con ella.

-Empezaste en Buenos Aires…

-Sí, mientras estaba estudiando Psicología. Ahora que me recibí empecé a ejercer la clínica y me encanta, pero la carrera me pareció muy poco, por eso me dediqué a aprender pintura; me mostró otra forma de pensar. La pintura y el ajedrez tienen muchas cosas en común y muchas cosas diferentes también.

(Más información en la nota de la edición gráfica número 1123 de la revista ANALISIS del jueves 5 de agosto de 2021)

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