Un camino con corazón

Tras el éxito del 2021, el artista entrerriano renueva la apuesta y llevará adelante otra temporada de Ramírez, Drama Musical Folk, su última obra teatral. En conversación con ANÁLISIS, Daniel González Rebolledo invita a mundos que exploran sobre lo propio, lo identitario, lo profundo; rasgos que pone en tensión constante en su transcurrir cotidiano, interpelándonos.
Por Sofía Arnaudín
Investiga, indaga, atiende, respeta los procesos de creación. Así lo es, también, con este diálogo. Es que para que las cosas sucedan con integridad hay que demorarlas en cada sentido, en cada gesto. ¿Será por eso que tiene especial debilidad por el tiempo de los pueblos? “Toda mi vida le escapé a las capitales”, afirma Daniel González Rebolledo, desde una Gualeguay que lo cobija luego de años itinerantes. “Misiones me encandiló y me enamoró para siempre. Es donde me formé como profesor de Matemáticas y donde entendí que podía ser un buen docente”, cuenta, entre tantas escenas evocadas. “Los únicos respiros que he tenido cuando la cabeza no me da más, es en el campo. Eso es Finisterre, una chacra perdida, alejada de cualquier camino conocido. Es el lugar que me ha salvado la vida”, afirma sobre el hogar que lo habita y lo habilita a seguir amando otros mundos posibles.
La vida de Daniel González Rebolledo es una hermosa literatura. Es una hermosa literatura porque los obstáculos y las vicisitudes han sido siempre alimento en la búsqueda del conocimiento de sí mismo; camino que transita hasta hoy. “Muchos hablan del ‘oficio’. Todavía no termino de entender qué es el oficio de escribir. Me consideré escritor creo que no hace más de cuatro o cinco años atrás. Lo empezás a reconocer cuando te das cuenta de que hay un trabajo personal muy grande para poder acceder cada vez mejor a lugares más interesantes”, sentencia el director y escritor de la obra Ramírez, Drama musical Folk.
Poeta, dramaturgo, actor, docente, director; profesor en Matemática y Cosmografía, Magister Scientiae en Metodología de la Investigación por la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). “Está la parte de mi cerebro lógico matemático y está la parte de mi cerebro loco que vuela. Ambas partes se conjugan más allá de lo creativo, lo estético, todo eso, tiene que tener un marco de verosimilitud, para que pueda ser compartido”, advierte Daniel González Rebolledo.
(La nota completa en la edición gráfica número 1131 de la revista ANALISIS del jueves 23 de junio de 2022)