Jury al juez Flores: “Cuando me negué a un pedido, vino el hostigamiento”

Natalia Bordín, exsecretaria Letrada del Juzgado Laboral 1 de Concepción del Uruguay, dialogó con ANÁLISIS. La abogada es una de las denunciantes de Eduardo Elías Flores ante el Jurado de Enjuiciamiento. “Hoy lo puedo contar sin llorar, pero tengo mucha contención de mi entorno y trabajo con la psicóloga”, dijo. En este informe, cómo será el plenarioprevisto paralos primeros días de mayo.
Natalia Buiatti
La voz suena apretada y temblorosa, en un movimiento espasmódico de tonos agudos. Natalia Bordín es víctima de violencia laboral y se está recuperando. A pocos días de que comience el enjuiciamiento a quien denunció y fue su superior jerárquico, la mujer decidió conceder una nota a este medio. Se mostró cuidadosa y medida con sus palabras, tomó todos los recaudos. Es que, después de todo lo que pasó y aún en esta instancia, Bordínno duda de las represalias y tiene temor. Una consecuencia psicológica clásica, transversal a tantas víctimas de violencia.
“Para mi es bastante complicado atravesar esto.Quisiera ser más fuerte, pero me cuesta. Aunque no me gustaría que quede esa percepción pública.Sé que como yo, mucha gente duda sobre denunciar o no. Y si bien no quiero mentir y decir que el proceso es una maravilla, hay que denunciar”, planteó la abogada que, pese a todo, no se quedó de brazos cruzados.
A lo largo de la charla, Bordín describió el maltrato laboral que sufrió. “Es la primera vez en mi vida que me pasa algo así. Esto nació porque, mientras era secretaria del Juzgado Laboral 1, comenzaron a ocurrir cuestiones que me hicieron sentir incómoda y se terminaron de materializar cuando él (NdR: en referencia a Eduardo Flores), me pidió que arme un reglamento para empresas. A todo esto lo conté en la denuncia y tengo todas las pruebas. Él me propuso el armado de un reglamento, sencillamente, para ofrecerlo a las empresas”, recordó la exsecretaria.
Se refirió de ese modo a una tarea que le encomendó el magistrado y que excedía completamente las funciones judiciales además de constituir, como mínimo, una falta ética. Se trató de un proyecto personal de Flores, a través del cual pretendió diseñar un protocolo de actuación para grandes empresas en conflictos laborales con sus empleados y, en específico, recomendando departamentos de género en las organizaciones. El magistrado instó a otros profesionales para la generación y administración de su iniciativa, de tal modo que él no apareciera, dada su función judicial.
(Más información en la edición 1139 de la revista ANALISIS del jueves 13 de abril de 2023)