A puro “tijeretazo”, el “Gringo con acordeón” conquistó la “capital del peronismo entrerriano”

Osvaldo Bodean
Hacer foco sólo en una parte impide, en la mayoría de los casos, comprender el todo. Pero a veces, una sola pieza del rompecabezas se vuelve la piedra angular. Algo de esto ocurre con Concordia y la provincia. Resulta insoslayable hacer zoom en la capital del citrus para entender qué pasó este domingo en Entre Ríos. ¿El peronismo perdió la provincia porque perdió Concordia? ¿Tan gravitante fue, una vez más, la ciudad “cuna de gobernadores”, cuyo nombre promueve una armonía social tan deseada como siempre inconclusa?
Primero, lo cuantitativo. En las elecciones, antes que las opiniones, mandan los números. Veamos qué pasó con la primera parte de la boleta sábana: en la ciudad de Concordia, Sergio Massa triunfó con el 38,34%, seguido de Javier Milei con 29,07% y Patricia Bullrich con 26,24%. Nótese la diferencia entre primero y segundo: casi 10 puntos. Es una brecha que se vio agigantada por la división de los votantes opositores.
Para diputados nacionales, el peronismo (Gustavo Bordet) obtuvo el 41,81%; Juntos por Entre Ríos 33,21% y los libertarios 24,98%. La diferencia es casi calcada que en la categoría presidencial.
Sin embargo, no ocurrió lo mismo en la categoría gobernador. El triunfo fue para Juntos por Entre Ríos, por una diferencia ínfima. Rogelio Frigerio obtuvo el 40,9%; Adán Bahl el 39,33% y Sebastián Etchevehere 19,73%. Aunque la matemática dice que Bahl perdió en Concordia por muy poco, está claro que tuvo una pésima performance en un distrito históricamente peronista. ¿Sorpresa? Para nada. Se veía venir.
Y, finalmente, en la categoría intendente, dio el batacazo Francisco Azcué, de Juntos por Entre Ríos, alzándose con el 43,9% de los votos, seguido del peronista Armando Gay con el 37,7% y el libertario Eduardo Beswick con el 18,3%. Nótese que Azcué no ganó por poco. Logró casi 7 puntos de ventaja.
El repaso por categorías permite poner de relieve que este domingo el corte de boletas alcanzó dimensiones desconocidas, sin precedentes. Más que cortes, hubo verdaderos collages. La vetusta boleta sábana, que la política entrerriana no se animó a erradicar, fue hecha girones por ciudadanos que ejercieron su cultura cívica pulverizando los límites partidarios que la dirigencia intentó presentar como infranqueables, dando forma a un nuevo dibujo, propio, libre, atrevido.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1145, del día 26 de octubre de 2023)