Lo que viene en diciembre

Rogelio Frigerio se sintió aliviado con el triunfo de Javier Milei en la Nación. Tiene “buena relación” con el presidente electo y se aseguró que el peronismo entrerriano sea absoluta oposición y con escasos recursos públicos para hacer política. Frigerio hizo conocer buena parte de su gabinete y se distanció del intendente electo Mauricio Davico, quien no dudó en mostrar sus fuertes vinculaciones con Milei y su entorno. Mientras tanto, preocupa el déficit estructural de las cuentas públicas del Estado entrerriano: no existen ahorradas tres nóminas salariales como se dijo; existe dinero para el pago de aguinaldos, pero no para los sueldos de diciembre y tampoco se dejan los 65 millones de dólares que se deben abonar en febrero por un crédito internacional, según pudo determinar ANÁLISIS.
Daniel Enz
El dirigente electo respiró aliviado el domingo al atardecer, cuando vio que la tendencia en Entre Ríos a favor de Javier Milei, también era irreversible. Tenía cierta preocupación por el posible triunfo de Sergio Massa en función del reposicionamiento que iba a existir, de parte de hombres y mujeres del peronismo entrerriano, que habían sido derrotados en las urnas en las elecciones generales. Temía lo más parecido a un gobierno paralelo alrededor de la Casa Gris y un juego de poder en el que su proyecto presidencial para el 2027 quizás se podía ver afectado. Cuando llegaron los resultados que terminaron por hundir a Massa, Rogelio Frigerio acomodó sus papeles en su casa de Buenos Aires y siguió llenando los casilleros de su futuro gobierno, a partir del 10 de diciembre. Estaba claro que Adán Bahl -su principal rival en las últimas elecciones- ya no sería secretario de Provincias, tal como le habían prometido en Buenos Aires, ni Guillermo Michel el jefe de Gabinete de la Nación. Tampoco otros futuros exfuncionarios, que quedarán sin trabajo dentro de 20 días, que anhelaban con fervor ser integrantes de la tercera línea de Massa si continuaba en el poder, con más poder. Varios de ellos, como en el 2015 con Daniel Scioli y Sergio Urribarri con promesas de ministro de Transporte, ya habían señado algunos departamentos para el alquiler posterior, para instalarse en Capital Federal.
La realidad indica que el peronismo entrerriano tendrá que reconfigurarse. Supuestamente hizo punta Gustavo Bordet como vocero de la futura oposición (incluso se convirtió en el primer gobernador crítico de las decisiones iniciales de Milei, como por ejemplo las privatizaciones de medios oficiales, lo que sorprendió a propios y extraños), pero está claro que entre la dirigencia entrerriana existe aún demasiado malestar sobre lo que sucedió en la campaña y en las tres últimas elecciones. El ahora diputado electo por el Parlasur, José Cáceres, reclamó urgente autocrítica interna y tal idea adhirió sin tapujos el exintendente de Paraná y actual diputado provincial Julio Solanas. Los reclamos pasan por la falta de trabajo militante, cómo se administraron los dineros de la campaña y las relaciones carnales que hubo con Frigerio, además de los cuestionamientos a no pocos dirigentes que se enriquecieron como nadie con el manejo irresponsable de fondos del Estado, que derivaron en condenas públicas y judiciales. “Y siempre le resultó muy difícil al militante recorrer los barrios y pedir los votos para que continúe el peronismo en la provincia”, remarcaron.
Enojos y distancias
Frigerio no sólo estaba preocupado para llenar la grilla de por lo menos 600 funcionarios que precisa en la provincia, sino también por los números que comenzaron a aparecer en las arcas del Estado. A los técnicos enviados a hablar con el ministro de Economía Hugo Ballay (que pasaría a ser asesor del bloque de diputados del PJ de la provincia) de alguna manera les sorprendió que el panorama económico-financiero no fuera tal como lo venían señalando desde la Casa de Gobierno. Los funcionarios y el propio gobernador repitieron más de una vez que había en plazo fijo algo así como el equivalente a dos meses de sueldos para todos los empleados del Estado y al parecer, esa realidad no se observó en las planillas oficiales. En especial, por el agujero que provocó la eliminación de Ganancias y la baja abrupta en la recaudación que ingresaba producto de ese impuesto. Los técnicos frigeristas se preocuparon por la falta de ingresos para los sueldos de fines de diciembre, los fondos para el pago del aguinaldo y lo que se debe destinar al pago de un crédito externo y en dólares, previsto para febrero.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1146, del día 23 de noviembre de 2023)